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Lunes, 8 de abril de 2002

SAN LORENZO, CON UN EQUIPO JUVENIL, LE EMPATO A RIVER

Cuando los chicos se agrandan

Los que suponían que todo iba a ser muy fácil para River le erraron fiero: los pibes de San Lorenzo jugaron de igual a igual y crearon las situaciones más claras de un partido calentito que terminó sin goles. Lo mejor fue un espectacular cabezazo de Guillermo Franco que salvó Comizzo con una fenomenal atajada, junto a un palo. River entró en una zona nebulosa, pero sigue puntero.

 Por Juan José Panno

Del equipo que jugó ante Gimnasia, una semana atrás, sólo entraron a la cancha como titulares cuatro jugadores: Saja, Alvarez, Morel Rodríguez y Paredes. A los demás los reservó el técnico Manuel Pellegrini para el partido de mañana contra Peñarol, por la Copa Libertadores. Vale decir que San Lorenzo le jugó a Gimnasia con la Primera y a River con un combinado de inferiores otorgando, en teoría, una ventaja deportiva que en la práctica no existió porque los chicos se agrandaron y porque River anda medio achicado. Conclusión: quedaron a la misma altura futbolística y, por lógica, empataron.
El empate les cayó mejor a los hinchas de San Lorenzo –que festejaron bastante y despidieron con aplausos a sus jugadores– que a los hinchas de River, que se fueron en silencio, haciendo cálculos sobre la distancia desde donde Boca les respiraría en la nuca, de ganarle a Unión.
Hace apenas un año, en esa misma cancha, con Romagnoli, Romeo, Tuzzio, Coloccini, Ameli, Estévez y Serrizuela, San Lorenzo había perdido 3-1 ante River, con baile incluido, pero después de ese partido inició una espectacular levantada que le permitió llegar al título. Un año suena a una eternidad en el fútbol argentino y hoy, con el mismo entrenador y otros nombres, San Lorenzo navega en la medianía buscando su identidad. Entretanto aparecen pibes con interesantes posibilidades: Alvarez (20 años), Piombo (20), Filomeno (22) y Di Lorenzo (21), que abren alguna expectativa hacia el futuro.
Con un equipo de pibes pero no tanto, porque las presencias de Paredes (30), Sarría (26) y Franco (25) levantaron el promedio y lo dejaron en 23,4. San Lorenzo fue superior a River en varios pasajes, especialmente en el primer tiempo y pudo quedarse con la victoria.
La crónica del partido registra varias llegadas del equipo local en los primeros 20 minutos, con participación en todas de Franco. Dos cabezazos buenísimos (uno lo tapó Comizzo y el otro se fue al lado de un palo), un pase exacto a Filomeno que definió mal y un remate pifiado a la manera de un blooper, después de una buena maniobra personal, dejaron el sello del correntino Guillermo Franco, el mejor de la cancha. Comizzo padeció la incapacidad de los defensores para marcar, sobre todo en los pelotazos cruzados y dejó constancia de su fastidio a los gritos. Esos primeros 20 minutos fueron lo más interesante del partido, porque el buen juego de los locales se matizó con los remates de media distancia de D’Alessandro y la sabiduría de Cambiasso, dando señales de la presencia riverplatense.
San Lorenzo no pudo mantener el nivel de esos 20 iniciales y su toque se volvió impreciso y los ataques, esporádicos; mientras, River mejoraba en el medio y de a poco se las rebuscaba para exigir un poco a Saja. En el segundo tiempo, los gritos de las hinchadas y algunas fricciones calentaron el juego, pero ninguno de los dos tuvo posibilidades claras de gol y todo se encaminó hacia el inexorable cero a cero.
Bajo las sombras de la noche quedaron flotando dos cantitos sintomáticos. Uno: “Movete, River, movete / movete, dejá de joder”. Y dos: “Vamos, vamos los pibes / vamos, vamos los pibes”.

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Saja esta en el piso y el arco –aunque sesgado– libre. Fernando Cavenaghi, el embrujado, la cruzara y dara en el palo. Igual, no valia.
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