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Por Adrian De Benedictis

La frustración que causó la definición por penales ante Brasil no está directamente vinculada con la imagen que entregó Argentina en los seis partidos que disputó en la Copa América. El plantel conducido por Marcelo Bielsa pareció modificar su estilo en este certamen, donde en ninguno de sus encuentros fue superado por los rivales que le tocó enfrentar. Y a pesar de la derrota que sufrió ante México, en su segunda presentación, quedó bien claro que los mexicanos sólo aprovecharon su oportunidad en una jugada detenida. Inclusive, en el empate de ayer ante Brasil, no hay muchos antecedentes en los últimos 30 años en los que un seleccionado argentino haya tenido tanta supremacía sobre uno brasileño.
Desde el inicio del torneo, Bielsa optó por modificar el sistema defensivo. Primero apostó al buen momento que atraviesa el arquero Roberto Abbondanzieri, relegando a Pablo Cavallero. El jugador de Boca respondió bien a lo largo de la Copa, y quizá tuvo demasiada mala fortuna en los goles recibidos de media distancia. Ante los brasileños volvió a transmitir seguridad, y no pudo acertar en una de sus especialidades: los penales.
Otra de las novedades que ofreció el entrenador fue una defensa con cuatro hombres, que cambió para la final. Zanetti tuvo más terreno para desplazarse por el lateral derecho, y en consecuencia pudo arribar con sorpresa en el área rival. Ante Brasil tuvo una chance para convertir, pero su remate fue tapado por Julio César. El capitán Ayala también cumplió en los cinco partidos que disputó; ayer volvió a ubicarse como último hombre, y cubrió bien los espacios detrás de Coloccini (jugó en distintos puestos y se adaptó) y Heinze. Precisamente, el zaguero del Manchester no pudo marcar ayer con acierto a Luis Fabiano, pero su producción en el torneo lo llevó a ser una de las revelaciones. Sorin también fue importante en su despliegue por la izquierda y siempre aportó en ataque.
En el medio, el rendimiento de Mascherano lo llevó a ser considerado el mejor del equipo. El volante central marcó y distribuyó siempre con criterio y tuvo precisión en las habilitaciones a distancia. Luis González aportó su técnica para contribuir en la creación, y ayer no sólo le cometieron la falta en el penal sino que estuvo cerca de marcar su propio tanto en dos oportunidades. D’Alessandro estuvo discontinuo en su juego, y no logró desequilibrar con facilidad.
Por el sector derecho del ataque, Delgado sólo aportó el gol en la final, pero su producción no resaltó como el año pasado. Su reemplazante natural, Rosales, sólo se destacó en algunos pasajes. Saviola amagó con convertirse en el goleador, pero sus problemas físicos lo detuvieron. Tevez fue la mejor alternativa como volante o delantero, y apareció con goles decisivos y una gran actuación ante Brasil. Cristian González volvió a recuperar su nivel por el carril izquierdo, y su entrega fue vital para el equipo. Con esto argumentos, Argentina tiene respaldo para diagramar el futuro. A pesar del dolor...