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Lunes, 19 de octubre de 2009

FúTBOL › GAITáN, EL VOLANTE QUE EL TéCNICO IMPROVISó COMO ATACANTE

Un adelantado en el reino de Basile

 Por Facundo Martínez

Apenas comenzó el partido, Nicolás Gaitán, un volante a quien el entrenador Alfio Basile improvisó como delantero tras la lesión del juvenil Pablo Mouche, mostró lo que era capaz de hacer en los últimos metros si la pelota le llegaba bien, al pie o en profundidad, para poder imponer su explosión y velocidad. Y pagó la apuesta de Basile, que había decidido dejarlo como compañero de ataque de Martín Palermo, aunque Mouche se recuperó. El volante convirtió los dos goles de Boca, fue figura y, como para que no queden dudas de su gran actuación, el entrenador lo sacó sobre el final para que recogiera la ovación que bajó desde las tribunas.

Gaitán comenzó haciendo estragos por la izquierda, donde imponía su velocidad y su gambeta, hasta que San Román pareció tomarle tiempo. Entonces cambió, pasó a jugar por la derecha y entró en sintonía con Hugo Ibarra, que jugaba también un gran partido, y con Battaglia, quien terminó habilitándolo en el arranque del segundo tiempo con el pelotazo largo que el volante controló y, mano a mano frente a Islas, se acomodó para colocar su remate sobre la derecha del arquero del equipo de Victoria. Golazo por la precisión del disparo, golazo por la calma que encontró para acomodar el cuerpo antes de sacar el disparo.

Si la apertura del marcador era un justo premio para Gaitán, que había hecho un gran primer tiempo y logrado que durante el descanso muchos destacaran su trabajo dentro de la cancha, el cabezazo con el que anotó el segundo no hizo sino confirmar que el próximo domingo, en el Superclásico, Mouche deberá esperar su chance en el banco de suplentes. Esta vez la jugada previa fue de Insúa, toda. El volante hizo una gran jugada individual y se metió en el área con la pelota dominada, se fue abriendo y luego sacó el centro atrás que Gaitán, concentrado, oportuno, cabeceó a la red entrando por el segundo palo.

Y ahí nomás se agrandó Gaitán, pudo meter el tercero, pero Garat salvó su arco despejando sobre la línea, y hasta se dio el lujo de meterle un lindo caño a Matías Giménez, para desatar la locura.

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Riquelme jugó un buen partido y se perdió un gol increíble.
Imagen: Fotobaires
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