La curiosa convivencia con Carlos Bilardo, el manager de la Selección, es curiosa porque Batista piensa muy distinto. El último técnico campeón del mundo es (era) un obsesionado por las cuestiones tácticas y un tipo hiperactivo. Perfil que contrasta con el del Checho. De las diferencias con Diego Maradona, en cambio, prefiere no hablar.

–(Risas) No, bien, tranquilo. No tenemos ningún problema, porque yo no soy así. El ahora está más tranquilo. La verdad, cada uno cumple su función. La comunicación es muy importante para todo. No sólo con Bilardo, sino con el jefe de prensa, con el administrativo. Yo digo que todo lo tenemos que hablar. Todo hay que comunicarlo. Conozco mi función, que es el armado del equipo, la de elegir los jugadores y comunicarle a Bilardo cuál es la lista. Pero si hay que consultarlo de fútbol, también lo consulto. ¿Por qué no voy a consultar a un técnico campeón y subcampeón del mundo? Algo debe tener. Hay cosas que implemento ahora, que aprendí de él. Como aprendí de muchos técnicos. También hablo con Ramón Díaz, con el Turco Mohamed, con Cappa hablamos bastante. Y si me tengo que juntar con Menotti, me voy a juntar. Son charlas de fútbol, nadie se tiene que ofender. No soy un tipo cerrado, de decir “yo me las sé todas”.

–Yo no hablo de nadie. No me gusta polemizar. Ya le dije que no me gusta polemizar, que no me van a querer todos. Con unos puedo tener diferencias, con otros no. Creo que es muy difícil que en toda mi carrera haya hablado de otra persona. Si está en los archivos, que me den la nota o la grabación.