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Lunes, 19 de mayo de 2014

FúTBOL › LAS CLAVES DE ESTE RIVER CAMPEóN, A PARTIR DE LA FUERTE CAMPAñA COMO LOCAL

El Monumental, la caldera en la que se cocinó todo

En esa condición obtuvo nueve triunfos sobre diez, reforzando la candidatura que terminó de plasmarse con la victoria sobre Boca en la Bombonera. Los roles decisivos de Cavenaghi y de los colombianos Carbonero y Gutiérrez.

 Por Adrián De Benedictis

Las penumbras empiezan a alejarse para River, y el tiempo le trata de devolver lentamente algo del prestigio perdido. La parte más nefasta de su historia se oculta unos instantes para darle lugar al éxtasis. La espera duró seis años para que el equipo vuelva a lucir como campeón del fútbol argentino. Desde aquel torneo Clausura 2008 a este Final transcurrió de todo, pero principalmente ese dolor enorme que significó la pérdida de la categoría en 2011. Si bien hay títulos que quedan impregnados en la memoria más que otros, este conseguido ayer se lo recordará seguramente más por ser el primero luego del retorno a Primera, pero no tanto por el fútbol que desplegó el plantel de Ramón Díaz.

Cuando se buscan los motivos principales de un objetivo alcanzado, se van encontrando con mayor tranquilidad momentos que dejan su marca. La victoria ante Quilmes fue la número nueve en condición de local, y lo que River mostró jugando en su estadio fue muy diferente a lo que exhibió cuando lo hacía como visitante. Esos 27 puntos terminaron volcando la balanza a su favor. Incluso el juego que ofreció ante los del Sur fue de lo mejor del torneo, no sólo por la goleada sino por la superioridad que ejerció sobre su adversario.

La distancia que hubo entre lo entregado en el Monumental a lo hecho fuera de allí fue enorme. Ni siquiera en los dos triunfos ante Boca y Argentinos terminó de redondear una actuación convincente. Sin duda, el duelo ante el rival máximo estará entre los elegidos, sobre todo por la cantidad de años (diez) que no lo obtenía en la Bombonera, pero aparecen también otros factores determinantes que están vinculados con los rendimientos individuales y con algunos aciertos técnicos.

El partido ante Racing está en el podio del campeonato. El penal atajado por Chichizola en el descuento le devolvió las posibilidades a todo River, y esa ventaja de dos puntos sobre Gimnasia fue clave. El arquero también evitó la derrota ante Estudiantes, con otro penal contenido a Carrillo.

El 35º título y el 13º en torneos cortos expuso virtudes como la solidez defensiva, algo que no ocurrió en el certamen anterior. La dupla Maidana–Alvarez Balanta se terminó de consolidar y fue de las mejores del campeonato, con 15 goles en contra.

El liderazgo de Fernando Cavenaghi fue otro punto alto. El delantero fue el único que estuvo en los 19 partidos, y llevó la capitanía con ascendencia sobre el resto. Si bien tuvo una racha negativa sin marcar, los ocho goles, más el camino que enseñó a los más chicos lo ratificaron como una referencia determinante.

Los otros dos colombianos del equipo, Gutiérrez y Carbonero, fueron muy importantes para este logro. El mérito del entrenador fue controlar las actitudes de indisciplina del goleador que podían perjudicarlo, y consiguió que se enfoque sólo en lo que tenía que hacer en la cancha. Gutiérrez supo encontrar su lugar en muchos partidos, y en vez de estar cerca del arco para definir, se retrasaba unos metros para participar de la elaboración de la jugada y asistía a sus compañeros en muchas ocasiones. Carbonero se fue afirmando con el correr del certamen, y terminó convenciendo a todos. Con su despliegue por la franja derecha no sólo convirtió goles importantes sino que River también recuperó un volante derecho con presencia ofensiva.

La veteranía de Ledesma es otro acierto de Díaz, que le dio el lugar en el centro del mediocampo, y el ex San Lorenzo lo volvió a respaldar con buenas producciones. Nombres como Funes Mori, Kranevitter, Villalva y Solari, quienes fueron rotando en muchas oportunidades, respondieron para mantener el nivel general. Ese rendimiento que lo depositó en lo más alto y lo convirtió en el nuevo dominador. Con la intención de que las luces que iluminaron anoche el Monumental no se apaguen con rapidez, y aparezcan con mayor frecuencia por esa esquina de Núñez.

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El primer gol de River en la victoria de ayer, y el primero de Cavenaghi de los dos que convirtió. Acá tocó luego de un rebote en el arquero.
Imagen: Fotobaires
 
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