libros

Domingo, 2 de abril de 2006

GORANSKY

Las edades de Lulú

El erotismo como aprendizaje y fragmentos de experiencia.

 Por Luciano Piazza

Lulúpe María T
Tatiana Goransky
Simurg
161 págs.

La primera novela de Tatiana Goransky cuenta la experiencia de vida de Lulúpe María T. La historia de Lulúpe está narrada en la antigua tradición de la novela de aprendizaje, que con un sutil cruce con el género erótico crea una deforme y seductora prosa.

Es bueno saber de antemano que en esta novela las expectativas del lector siempre se encontrarán frustradas o, en el mejor de los casos, al borde de la concreción pero nunca concretadas. Hay un proceso típico de un artista de la mentira, de un timador: se trata de dar confianza, para luego mentir y robar más cómodo. Es muy parecida a la histeria en la seducción, nada trasciende pero es memorable. Por eso también es bueno saber que esto no le importará, que se dejará estafar contento y quién sabe por qué resultará satisfecho.

El centro del relato es la violación que Lulú sufre a los 15 años perpetrada por dos compañeritos del colegio. Narrado con una delicadeza excitante, digna de una escena central de novela erótica, cuenta con los silencios justos para que a partir de allí se formen nuevas figuras que motivarán el relato. No se trata de atravesar la carnalidad de lo temático para transgredir. Allí se inicia su sexualidad y también un historia de amor con Benito (uno de los perpetradores). Desde allí se multiplican las historias hacia al pasado y el futuro.

La figura de Lulúpe será la imagen para jugar con los estereotipos y clichés femeninos que abundan en el imaginario contemporáneo respecto de la mujer. Las múltiples Lulú: una adolescente pelirroja que se destacaba entre sus compañeros de colegio, una jovencita que gracias a la amabilidad de la fellatio juntaba dinero para viajar y confeccionar guías de viajeros personalizadas; caso clínico inclasificable para los ginecólogos, señora que se establece en pareja en la adultez, adulta que añora la adolescencia. Ese extenso recorrido temporal va en busca del mito o de la mitificación del rito iniciático, y en cada fragmento se pierde y vuelve. El mito ante todo debe ser memorable, aunque aquí no se respeta la idea de que explique una situación presente o futura. Pero esa ilusión didáctica es la que conduce al lector en una búsqueda aparentemente fallida de causas o consecuencias, hacia un nuevo punto de partida tan seductor como la primera intriga. Cada relato y microrrelato dentro de la novela se valen de sí mismos por la cualidad de ser memorable, dichosos porque se aseguran su existencia en ser objeto de deseo de un próximo relato.

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