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Sábado, 11 de abril de 2015

Buenas y malas

La Asociación Amigos de los Lagos de Palermo festejó este martes sus 25 años con un balance que, con justicia, fue orgulloso. Es que, como resumieron en el cumpleaños, el grupo con el nombre tan inocente frenó un hotel cinco estrellas sobre el parque, frenó el Gran Premio de Fórmula Uno y la concesión de 60 hectáreas, recuperó once manzanas que estaban usurpadas y se transformó en un perro guardián necesario de varios gobiernos de la Ciudad. “Documentamos el saqueo y las acciones de especulación, el pillaje y la rapiña sobre sus tierras”, dijeron los socios.

Esta movida nació un fin de semana de abril en la orilla del lago de regatas, con cien vecinos medio que desesperados por el estado catastrófico del parque. Como recuerdan, lo único que se cuidaba era el Rosedal, con lo que el lugar era un basural y lo único que aparecía como “solución” era privatizar espacios y conceder sectores a “padrinos”. Lo que electrizó a los flamantes Amigos fue la idea de Carlos Grosso de conceder 60 hectáreas de los bosques a manos privadas y autorizar un hotel cinco estrellas precisamente frente al lago.

El resto fue trabajo voluntario, abrazos, protestas denuncias y un trabajo de zapa de ir recuperando pedazos de parque usurpados por los clubes –el Bajo Belgrano, el Gimnasia y Esgrima, y el Alemán de Equitación, junto al Paseo de la Infanta, fueron los peores– y levantando mucho el nivel de exigencia hacia los funcionarios encargados. En fin: feliz cumpleaños a los Amigos y felicitaciones.

Que no es exactamente lo que tienen en mente los vecinos de Caballito, que denuncian que la empresa IRSA sigue molestando con su idea del shopping en los terrenos ferroviarios de Avellaneda entre Fragata Sarmiento y Olegario de Andrade. El proyecto es tan bruto y grandote que el macrismo aliado –IRSA es un puntal de la industria mimada, la construcción concentrada– no logra los votos para aprobar el convenio urbano que permitiría la obra a cambio de unas migajas de espacio y un par de edificios pequeños. Según los vecinos, empleados de la constructora andan recorriendo el barrio visitando instituciones, grupos, clubes para convencer sobre las bondades de su negocio.

Todo en este asunto es sumamente misterioso. Los terrenos eran la playa de Cargas del Sarmiento, pero en 1999 aparecieron como propiedad de Alto Palermo SA, una subsidiaria de IRSA. SOS Caballito destaca que la propiedad parece ser relativa, porque los terrenos aparecen así mencionados en comunicaciones públicas y privadas, pero nunca nadie pudo ver la ley del Congreso que habría permitido vender una propiedad del Estado a fines del menemismo... Luego hubo otro extraño favor, el cambio de zonificación de los terrenos del vago “urbanización futura” al de “residencial”.

IRSA trata de convencer a los vecinos más conservadores con el argumento de que los terrenos son un basural, una ruina. Curiosamente, no explica por qué se queja si hace quince años que los terrenos son suyos: ¿no puede limpiarlos? ¿No puede construir otra cosa que no sea un shopping, tal vez algo “residencial”, como dice la zonificación? De hecho, IRSA rompe la ley y la Ciudad se hace la distraída al apilar containers en una zona residencial, cosa estrictamente prohibida.

Pero así es la especulación y si alguien lo duda no tiene más que caminar por el borde del futuro shopping. Ahí verá muchas propiedades ya demolidas pero congeladas en estado de baldío, todas esperando que arranque finalmente el shopping para apostar a un precio mayor.

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