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Jueves, 24 de octubre de 2002

LOS NUEVOS DISCOS DE DAVE Y KRIST

Escuchalos sin prejuicios

Para Krist Novoselic y Dave Grohl no debe ser ningún chiste que, a pocos días del lanzamiento de sus respectivos nuevos álbumes, aparezca un Grandes éxitos de Nirvana que, como si fuera poco, trae un tema inédito que amenaza con convertirse en uno de los hits del año rockero global. Sin embargo, el bajista y el baterista convertido en frontman parecen decididos a priorizar presente sobre pasado.
Novoselic, que después de Nirvana apenas publicó un álbum extraño e inconsistente con Sweet 75, vuelve al ruedo con el debut epónimo de Eyes Adrift. El disco salió por un pequeño sello indie de Estados Unidos (es muy difícil que se edite acá) y suena inesperadamente volcado a la corriente alt-country. No hay poderosos riffs de guitarras ni estribillos de estadio sino baladas que parecen una versión un poco más rockera de Uncle Tupelo o los primeros discos de Wilco. Es un álbum que no deslumbra, pero que está lejos de aburrir o desconcertar. En ese contexto, brilla la larguísima coda de “Pasted”, el tema que cierra el álbum, que se vuelca hacia una suerte de country psicodélico-noise a puro solo de guitarra. Y Novoselic se revela como un cantante más que aceptable, aunque la mayoría de las voces estén a cargo de Curt Kirkwood (ex Meat Puppets).
El caso de Dave Grohl es bien diferente: One by One es el cuarto disco de Foo Fighters, una banda que ya vendió más de siete millones de copias y que se ganó su lugar dentro de la alta sociedad rocker. Después de haber estado a punto de separarse, el cuarteto se despacha con un álbum potentísimo, en el que ya no hay lugar para esas melodías-chicle de discos anteriores, pero sí para los riffs más monumentales que haya producido Grohl. Las canciones hablan de problemas de relación y se puede imaginar alguna indirecta hacia Courtney en un título como “Tired of you” (“Cansado de vos”). Esa balada cuenta con un esencial aporte de Brian May, cuyos imaginativos climas en guitarra se convierten en su mejor performance desde los tiempos de Queen. No es el trabajo más accesible de los FF, aunque tal vez sí el mejor y el más maduro. Da la impresión de que su líder ya se sacó de encima la presión de ser “el ex Nirvana” y que ahora puede sonar como... sin ninguna clase de prejuicio.

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