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Domingo, 25 de julio de 2004

VALE DECIR

Vale Decir

Bella Bellucci
Italia arde. Monica Bellucci, la suculenta estrella de Matrix, Irreversible y La pasión de Cristo acaba de posar nuda para la Vanity Fair italiana, con siete meses de embarazo (de su hija concebida con el afortunado actor francés Vincent Cassel). Dice la señora Bellucci que decidió seguir los pasos de Demi Moore en protesta contra una reciente ley que aprobó el Parlamento italiano: la legislación de marras restringe la fertilización asistida, de modo que sólo podrán acudir a ella las parejas bien constituidas; se prohíbe la donación de esperma, alquiler de vientres o fecundación in vitro para parejas del mismo sexo, mujeres solteras y mujeres mayores de cuarenta años. Los círculos eclesiásticos que hicieron presión están felices; Bellucci y la mayoría de las italianas, indignadas. Bravo por la actitud, Monica. Desde aquí le recomendamos que no escuche las voces oscurantistas que la tildan de degenerada (el diario ultra católico La Voce, por ejemplo), y esperamos que haya cobrado lo que ese cuerpazo se merece.

Los tiburones están sueltos
Apenas escucharon algunos detalles sobre Shark Tales, la inminente película animada de Dreamworks con voces de Will Smith y Angelina Jolie, los buenos muchachos de la Italic Institute of America hicieron a los productores una oferta imposible de rechazar. Al parecer, no les gustó demasiado enterarse de que esta película de tiburones contaba entre sus personajes principales a un capo mafia llamado Don Brizzi. Según interpretaron los damnificados, el papel no hacía más que repetir el estereotipo del gángster con el que Hollywood ha estigmatizado al inmigrante italiano en los Estados Unidos desde siempre. “Queremos que los nombres de los personajes identificables como italianos sean eliminados”, reclamó John Mancini, fundador del Instituto. “Así como las actitudes y la manera de hablar”. Y agregó: “Si deciden convertirlos en judíos o rastafaris, tampoco nos gusta, pero nuestra preocupación son los italianos”. En la Dreamworks les tomaron la palabra hasta ahí nomás: los personajes a los que Robert De Niro y Martin Scorsese dan voz siguen ahí. Pero los guionistas y dibujantes de Shark Tale borraron a Brizzi y lo reemplazaron por un tal Don Feinberg, interpretado por Peter Falk. Es decir, un jefe mafioso judío en una película producida por la compañía de Spielberg, Geffen y Katzenberg. Como para que a nadie se le ocurra seguir jodiendo con reclamos de corrección política.

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