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Domingo, 24 de julio de 2011

MUESTRAS >AFICHES 76.11, EN EL CENTRO CULTURAL HAROLDO CONTI

La persistencia de la memoria

Cincuenta afiches sintetizan, en Afiches 76.11, muestra gráfica itinerante con material histórico cedido por diversos organismos de DD.HH., la prueba de una lucha pacífica que lleva treinta y cinco años y todavía sorprendentemente encuentra resistencias.

 Por Angel Berlanga

Ahora que estamos en presencia de un oportunista embate contra los organismos de derechos humanos, especialmente contra Madres y Abuelas, para intentar desacreditarlas, es oportuno darse una vuelta por el Centro Cultural Haroldo Conti y asomarse a la muestra Afiches 76.11, una selección de materiales históricos cedidos por diversos organismos de DD.HH. que dan cuenta del trabajo inclaudicable desarrollado a lo largo de esos 35 años aludidos en el título de la convocatoria. Cincuenta afiches que grafican y sintetizan una resistencia estoica encarnada en estas mujeres que hicieron y marcaron camino por más clausuras y fines de historias que se aseguraran definitivos.

Tomemos este afiche, por ejemplo: la escultura de la Libertad –que está sobre la Pirámide de Mayo– recortada contra el cielo y la inscripción “1977-1997-Veinte años-Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”. Esto es pleno menemismo, indultos consumados tras leyes de punto final y obediencia debida, globos neoliberales todavía con gas y una predominante sensación de asunto cerrado respecto de las consignas que acompañan: “Por los 30.000, por la vida, la memoria, la justicia y el castigo a encubridores y asesinos. Contra los crímenes de ayer y de hoy, contra la impunidad, las torturas, las violaciones e indultos”. La convocatoria, de abril de aquel año, incluía una ronda a la esfinge, una charla abierta y más tarde, en el Alvear, un acto-recital con Alfredo Alcón, Mercedes Sosa, Leonor Manso, Víctor Heredia y Juan Carlos Baglietto, entre otros. En el viaje puede irse una década hacia atrás de esa conmemoración, a un afiche ante la rotunda claudicación del alfonsinismo que significaron aquellas Felices Pascuas carapintadas: “Buscamos dos generaciones”, advierte Abuelas desde el paño de un metro por setenta colmado de caras jóvenes en blanco y negro, a los que acompaña la inscripción “parejas desaparecidas cuyos bebés nacieron en cautiverio entre 1976 y 1982”. Y también, ya más cercano en el tiempo, puede verse un mapa del país hecho por Hijos el año pasado en el que se detallan coordenadas generales de los juicios por lesa humanidad que se impulsaron en esta última etapa: “Aquí se está juzgando a genocidas. Los juzga el tribunal, los condenamos todos”.

El conjunto de afiches deja en claro, además de los pañuelos blancos a la cabeza, la persistencia colectiva de organismos como el CELS, el Serpaj, APDH y Familiares de Desaparecidos y detenidos por razones políticas; en segundas líneas puede advertirse también iniciativas y apoyos sindicales y partidarios, su vaivén en el tiempo. En términos gráficos queda a la vista el abanico iconográfico: siluetas vacías, oprimidas, lastimadas; fotos de marchas y reclamos, fotos en blanco y negro de los desaparecidos. Las caras de torturadores y represores, hoy entre el juicio y la condena. La potencia de las consignas. ¿Cómo se mide la energía, el corazón y los nervios puestos en la tarea, cuántos desvelos y fatigas implicaron? Los afiches sugieren esas preguntas en este sitio de la ESMA que fue el Centro de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra Naval.

Afiches 76.11 es parte de Memoria en Movimiento, iniciativa multilateral de las secretarías de Comunicación Pública y de Derechos Humanos y del Archivo Nacional de la Memoria, que reunirá voces, imágenes y testimonios. Con la inauguración de la muestra, que será itinerante, se presentaron dos libros que pueden conseguirse en el Conti: un poemario de Ana María Ponce, escrito durante su detención en la misma ESMA, y El porqué de mi lucha, memorias escritas por el dirigente gremial minero Avelino Bazán mientras estuvo preso. En la continuidad está la edición de Siempre tu palabra cerca, de Joaquín Areta, aquel estudiante desaparecido de La Plata que escribió aquello de “quisiera que me recuerden”, citado por Néstor Kirchner en la Feria del Libro de 2005.

Al caminar de noche por la vereda de Avenida del Libertador y adentrarse en la ESMA hasta el pabellón en el que está el Haroldo Conti persisten en el aire sombras sobrecogedoras, ominosas, pero al atravesar esa puerta la sensación se transfigura por la luz y las actividades de este Centro Cultural que, a tres años de su inauguración, dispone de notables instalaciones y propuestas, que vendría bien hacer más visibles desde la calle. La exposición de estos afiches aquí cierra un círculo, pero la figura dista de ser definitiva. Lo planteó Paula Maroni, de Hijos, durante la inauguración: “Falta avanzar mucho más, pero hoy la Argentina es diferente, porque les podemos transmitir a nuestros propios hijos que la lucha valió la pena”.

Afiches 76.11
Momentos que hicieron historia

Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
Av. Del Libertador 8151. Entrada libre.
Hasta el 31 de julio.

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