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Domingo, 25 de enero de 2004

UN CONTADOR ACA

por Mariana Enriquez

¿Qué hace Alfredo Casero atrapado en 1 Contra Todos? La idea de que el brillante actor y cómico pase a la conducción no es descabellada per se, pero la razón aconseja que debute en un formato apto para el despliegue de histrionismo y de esos raptos de inspiraciónimprovisación erráticos, tan graciosos, que son su mayor virtud. En cambio, Casero aparece confinado en el programa de preguntas y respuestas más atravesado y complicado posible, un game show matemático que lo condena a una seriedad impostada y fatal: tiene que explicar las reglas, y ésa no es tarea sencilla ni para el más acartonado y experimentado de los conductores. Como Casero no se caracteriza por el rigor ni el poder de síntesis, no es sorprendente que naufrague. 1 Contra Todos es difícil: Casero balbucea “te compro el escape en 25 por ciento” cuando debe decir “te vendo”; tiene el pelo engominado y recogido en dos colitas y está atado de pies y manos: si se burlara de los vericuetos matemáticos del juego sonaría cínico, y nadie debe reírse de su propio programa.
Mientras el juego se desarrolla Casero, que hace lo que puede para aclarar, sólo oscurece. No es su culpa: 1 Contra Todos parece pergeñado por un contador aburrido en su tiempo libre; un contador algo perverso, además, que disfruta confundiendo a la gente. Veamos: en el juego intervienen 58 participantes sentados en una tribuna casi a oscuras, detrás de sus respectivos números. Se elige a uno, que pasa a un banquillo de raro respaldo –unos cilindros de goma, como rueditas, que suben y bajan– y desde allí contesta preguntas sobre temas diversos, clasificados en fáciles y difíciles. Juega con y contra la tribuna, es decir: la tribuna también elige una respuesta, y a medida que se equivocan son eliminados. La totalidad de la tribuna vale $ 15 mil; como son 58 participantes, cada uno vale $ 259. El que juega en el banquillo gana una cantidad de dinero proporcional al valor de cada participante que yerra. Por ejemplo, en la primera pregunta, 28 contestaron mal: este número se multiplica por el valor de cada participante, y el resultado es lo que gana el del banquillo. Así: 28 x $ 259 = $ 7241.
No conforme con obligarnos a sacar la calculadora, el formato ofrece nuevas complicaciones, todas de cálculo. De este modo, si el jugador en el banquillo no sabe la respuesta, el conductor le ofrece un “escape”: le “vende” la respuesta correcta a cambio de un porcentaje de lo ganado, que varía –según avanza el juego– en 25, 50 o 75 por ciento. Así, siguiendo el ejemplo anterior, cuando el participante ganó $ 7241, no supo la respuesta y aceptó el “escape” de 25 por ciento, que resta de lo ganado $ 1810,20. Así: 25 por ciento de 7241 = $ 1810,20.
Las preguntas van desde temas como naipes españoles, Julio Verne, el Che Guevara y Maradona hasta Balnearios Argentinos, Fiestas Nacionales, Cine Nacional, Videojuegos, Literatura o Gourmet. Los participantes tienden a preferir las preguntas “fáciles”, con lo que nunca ganan demasiado dinero: las difíciles pagan mejor, porque de seguro más participantes de la tribuna contestarán erróneamente, con lo cual el jugador del banquillo se quedará con más porcentaje... o algo por el estilo. Alfredo Casero mira a cámara y dice: “¿Me comprende, señora?”, o: “Le explico, señora”, pero parece tan desconcertado como la hipotética interlocutora que seguramente, mientras le hirve la cabeza, añora la precisión, sencillez y velocidad de El Imbatible de Susana.

1 Contra Todos, los jueves a las 22 por Canal 13. RETORCIDO

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