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Domingo, 5 de marzo de 2006

ENTREVISTA A MICHAEL LESY

La cámara como un oído

En un reportaje dijo: “Quería sacar mordiscos de la historia en continuado; hablar de los Estados Unidos, década por década”. ¿Qué nos cuenta la obra de Angelo Rizzuto específicamente de los ’50?

–Rizzuto opera como guía para meternos en el alma solitaria de Nueva York –la ciudad más grande y poderosa de una nación que emergió de la Segunda Guerra Mundial como una de las naciones más poderosas del planeta–. Piense en Rizzuto como en la encarnación norteamericana del Prufrock de T. S. Eliot. Rizzuto era un infeliz solitario, desolado, tan lleno de añoranzas, odio, orgullo herido y amarga inteligencia como cualquier criatura que Eliot o Céline o De Chirico podrían haber inventado. Rizzuto oyó el ruido de fondo, ese zumbido de miedo y amor no correspondido y traición que todos oían en Estados Unidos, pero nadie quería admitir que escuchaba. “¡Ganamos la guerra, ganamos! ¿Entonces cómo podemos sentirnos tan mal?” La respuesta común norteamericana al escuchar esa queja existencial –la música de Blind Joe Death– era salir de compras, taparse los oídos y cubrir sus ojos con cosas: autos, heladeras, gelatinas, tostadoras. La respuesta de Rizzuto fue salir cada día y sacar fotos.

Para Berger, Cartier Bresson era un cazador de eventos, pero Strand decidía de antemano qué foto iba a sacar. ¿Podría ubicar la obra de Rizzuto en esta comparación?

–De hecho, cada fotógrafo es, al mismo tiempo un cazador (Bresson) y un coleccionista (Strand). Un fotógrafo que sale a la calle entra en el mundo con una lista de compras en una mano y un par de dados en la otra. Uno sabe lo que quiere, pero nunca se pierde una oferta. La cuestión con Rizzuto es que él pensaba que sabía lo que buscaba, pero se lucía cuando dejaba de prestarle atención a la lista oficial que se había hecho. Como todo el mundo, llevaba una lista en una mano y otra en el corazón. El hecho de que el corazón de Rizzuto estuviera realmente destrozado formó su lista no oficial –la lista con mujeres solas y amargadas, calles desoladas y enormes espacios rectilíneos garabateados encima–. Todo eso hizo que la lista personal de Rizzuto fuera mucho más interesante (conmovedora, inquietante, perdurable) que su lista pública.

En la nota del New York Times sobre su libro sobre Rizzuto, dice que “la Biblioteca imprimió un folleto barato y después gastó la mayor parte del dinero de Rizzuto comprando obra de fotógrafos más famosos, como Diane Arbus”. ¿Es verdad? ¿Por qué cree que pasó esto?

–Sí, claro que es verdad. Me pregunta por qué. Si fuera curadora y le dieran dinero de la herencia de un hombre loco y muerto, ¿qué haría? Si yo –Dios no lo permita– fuera curador, haría lo que esperan que haga: compraría A-R-T-E.

¿Quiénes son los precursores de Rizzuto?

–Rizzuto creía que su precursor –su modelo, su inspiración– fue Isaac Newton Phelps Stokes, en especial su obra monumental La iconografía de la isla de Manhattan.

¿Quiénes conforman su canon personal de fotógrafos?

–Todas las imágenes anónimas, vernáculas, demóticas, comerciales, militares, industriales, recolectadas en archivos, escondidas en bibliotecas secretas, encontradas en áticos, descubiertas en cajas.

Se dice que antes la imagen estaba al servicio del texto –lo ilustraba– y ahora el texto es el que sirve a la imagen, al darle sentido, explicación y peso. ¿Su trabajo en su libro Wisconsin Death Trip es, en cambio, un equilibrio entre esos dos polos?

–WDT fue hecho para hacer posible que el acceso a las palabras y las imágenes fuera casi simultáneo. Fracasó. El problema de esa entrega permanece irresuelto. Irresuelto en libros y en pantallas. ¿Alguna vez oyó hablar de “sinestesia” (sensación en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo en otra)? ESE es el objetivo. Un libro o una película que reconecte a la gente mientras experimenta/lee/aprende la cosa en sí. Un objeto de arte/objeto literario que viene con su propio set de farmacéuticos.

Dicen que algunas fotos son documentos y otras arte. “Lo que las define es la visión de quien las considera.” ¿Qué piensa de eso?

–No es que las fotos sean documentos o arte. Son objetos perversos polimorfos, cambiantes, que se transforman y son transformadores. Siempre son ambas y las dos cosas. No son esto o lo otro.

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