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Domingo, 2 de julio de 2006

Vidas en red

 Por Mariana Enriquez

Ya se sabe: los blogs son el fenómeno más comentado y más extendido de la red. Y allí todo es subjetividad. No se trata sólo de aquellos blogs que narran las vivencias del blogger: de ésos, claro, hay muchos. Pero los blogs tienen múltiples formas, y lo confesional no es tan central como, justamente, la subjetividad. La mejor cobertura del Mundial la viene haciendo el sitio del diario inglés The Guardian, con blogs actualizados minuto a minuto donde los “comentaristas” incluyen mails recién llegados, quejas de todo tipo, exabruptos emocionales, nada más lejos de la objetividad periodística. Hoy, todos los grandes diarios tienen weblogs en sus versiones online, que desplazan las tradicionales columnas de opinión. Cuando un blog funciona como noticiero, el blogger es quien crea su propia agenda. Hay periodistas famosos como Andrew Sullivan –uno de los pioneros en convertirse en blogger– que, después de una experiencia solitaria, escribe su blog para la versión online de Time. Otros escriben bitácoras crípticas que sólo ellos pueden decodificar; otros dan información informática, y así hasta el infinito. Es otro tema, pero el blog también sirve últimamente como plataforma para escritores aspirantes, que publican allí sus ficciones (y a la inversa, escritores que publican sus ficciones, en papel, imitando el formato de los blogs).

Claro que las joyas de la corona para el voyeur son los weblogs-diarios personales. En la Argentina, el mejor y uno de los más visitados es el de una chica que se hace llamar Lola, estudia Derecho y vive con su hija (http://justlola.blogspot.com/). Un post típico es: “Porque aparentemente todo el mundo sabe que para que no se te encarnen los pelos, de vez en cuando (aparte del exfoliante en guantecito, el exfoliante con cositos de durazno, la crema) te tenés que pasar la maquinita. Pero la maquinita en el cavado, vieja, no nos cabe ni un poquito”. La blogósfera contiene millones de diarios personales; uno que últimamente adquirió un insólito dramatismo es http://www.mydadhascancer.blogspot.com/, el diario que lleva una chica de Nebraska llamada Sheryl sobre el cáncer de su padre.

Pero el verdadero fenómeno es el de los adolescentes, que sobre todo usan myspace y livejournal para escribir sus diarios personales; y allí la red arde, porque es una comunicación nueva. No sólo se enteran de las vidas de los demás sino que se enardecen en verdaderas peleas que transcurren en ese formato, como si ni siquiera necesitaran verse las caras, nunca. Todos tienen perfiles, que detallan gustos y características personales. Incluso existen sitios que relevan y archivan los dramas, disparates, peleas y mitomanías que allí suceden, y de alguna manera crean celebridades de la red. La aparición de la intimidad y la narración de la experiencia no se termina allí, quizá ni siquiera empieza. El sitio http://www.me moryarchive.org/ recopila recuerdos de desconocidos y propone sólo eso: archivar recuerdos sobre gente, ciudades, acontecimientos. Los responsables les hablan así a los usuarios: “Tus experiencias son literalmente la historia. Nuestra memoria colectiva se desvanecerá. El pasado es un país extranjero, distante, extraño, imposible de conocer. A menos que tengamos un mapa. Tus recuerdos, guardados en Memoryarchive, son el mapa para las generaciones futuras. Ustedes tienen historias. Hagan historia”.Y por supuesto, si las imágenes valen tanto como las palabras, allí están los fotologs, uno de los fenómenos más recientes, donde sobre todo jóvenes y adolescentes publican fotos o bien personales o imágenes personalmente significativas –a veces con textos– para construir una biografía. De la misma manera, YouTube.com, un sitio que permite subir videos online, en forma gratuita –también se ven en forma gratuita– permite pensar en gente que filmará y pondrá a disposición de los demás fragmentos de su vida frente a cámara (el sitio incluye tanto fragmentos de programas de tele como videos y filmaciones personales). Y el gran salto de lo íntimo es sin duda la pornografía amateur, que circula por la red sea en archivos o webcams, que permite espiar las vidas sexuales de los otros y compartir la propia. Por ejemplo, en el sitio www.fotosprivadas.com se puede encontrar a la “parejita de Madrid” que dice: “Nos gusta publicar nuestras fotos y que las vea todo el mundo. Si quieren enviar comentarios, preferiblemente con foto, mándenlos a...”. Y las fotos íntimas tienen epígrafes como: “lamer el ano es mi pasión”; “a punto de metérsela en la boca” o el españolísimo comentario “nos ponemos a cien”.

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