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Domingo, 28 de octubre de 2012

> LA SERIE

Caminante no hay camino

 Por  Alfredo Garcia

Los zombies nunca se llevaron muy bien con la pantalla chica, dado el alto grado de gore que reclama el género. Pero eso se acabó con una serie formidable que ya va por su tercera temporada en Fox, y de la que se puede conseguir hasta la segunda completa en lujosos box sets editados por SBP. Se trata de The Walking Dead, basada en un comic de culto y producida –y eventualmente también escrita y al principio dirigida y supervisada– por Frank Darabont, el director de excelentes adaptaciones de Stephen King, como Sueños de libertad. Darabont y la productora Gale Anne Hurd se las ingeniaron para crear algo con toda esa sangre imprescindible, pero dosificada con una típica trama de serie, donde las relaciones entre los distintos personajes interesan tanto como la acción horripilante.

En su primera temporada lograba ir directo al grano superando todo lo conocido en el género, lo que no es poco si se tienen en cuenta los clásicos de George Romero (Night of the Living Dead, o Dawn of the Dead, nunca estrenados comercialmente en la Argentina). Protagonizada por Andrew Lincoln, Sarah Wayne Callies, Norman Reedus, Laurie Holden, Steven Yeun y con papeles especiales para actores como el temible Michael Rooker, esa primera temporada contaba cómo el sheriff de un pueblo del estado de Georgia era atacado por delincuentes, quedaba en coma y al despertar se encontraba con un mundo apocalíptico plagado de zombies, con los muertos reviviendo para alimentarse de los vivos, y lo que es peor, para ver que su mejor amigo –también policía– tenía un affaire con su esposa y hacía las veces de padre de su hijo.

Con las esperanzas puestas en encontrar algún refugio del gobierno y tratando de hacer a un lado sus diferencias, el protagonista Andrew Lincoln formaba un grupo de gente decente –todo un desafío en este mundo desolador entregado al sálvese quien pueda– y solo iba de decepción en decepción, mientras el ataque de los walking dead, los muertos que caminan del título, iba mermando su pequeña comunidad.

La segunda temporada, recién editada en DVD (tres discos, trece capítulos, muchos extras), cambia notablemente de tono, siguiendo la historieta original, a la que agrega algunos cambios radicales: esta vez el grupo conducido por Lincoln (no hace falta subrayar el nombre) encuentra refugio en una granja, propiedad del religioso Scott Wilson, que se niega a creer que los zombies son en realidad muertos, convencido de que se trata de seres humanos que padecen una nueva plaga a la que se le encontrará eventualmente cura, igual que tantas plagas que acosaron a la humanidad. Creencia que por supuesto traerá truculentos inconvenientes al grupo. La segunda temporada es un ejemplo de cómo convertir un asunto terrorífico en el más taquillero programa de TV, un verdadero festín para amantes de las series y el terror.


The Walking Dead, temporadas 1 y 2, se consiguen en DVD (editadas por el sello SBP). La tercera temporada, compuesta por dieciséis episodios, se emitirá en dos partes: la primera tanda de ocho empezó el martes 16 y los ocho finales se emitirán a partir de febrero de 2013. A las 22 por Fox.

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