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Sábado, 31 de octubre de 2009

SANTA FE › INGENIEROS CIVILES DEBATIERON SOBRE ACCESO A LA VIVIENDA DE LA CLASE MEDIA

A 25 años de la creación de los VAVIS

Resnick Brenner, presidente de la Comisión de Economía del Centro Argentino de Ingenieros, expuso su plan "Construir para la Vivienda" que en 1985 elaboró y dirigió a pedido del entonces presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Aldo Ferrer.

Durante el encuentro para debatir sobre el acceso a la vivienda de la clase media, organizado por el Colegio de Ingenieros Civiles de Rosario, y realizado ayer en el Salón Auditorio del Banco Municipal, se conocieron algunas propuestas que fueron analizadas y consensuadas por grupos constituidos por participantes de distintas disciplinas. El ingeniero Moisés Resnick Brenner, presidente de la Comisión de Economía del Centro Argentino de Ingenieros, recordó y expuso su plan "Construir para la Vivienda" que en 1985 elaboró y dirigió a pedido del entonces presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Aldo Ferrer, logrando un éxito al vincular el mercado inmobiliario con el bursátil a través de la creación de su título Valor Vivienda (VAVI).

Resnick Brenner, ex director del Banco Hipotecario Nacional y ex asesor del presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, señaló en un documento que recordó los 25 años de la creación de los VAVIS, que "aquel Plan permitió solucionar en un momento tan difícil el problema habitacional de un importante número de familias. Hoy estamos en condiciones de poder analizar el desarrollo de aquellos préstamos que durante el plazo de vigencia que actualmente está finalizando que tuvieron que convivir un período tan crítico de la economía como fue el que transcurrió en períodos de alta e hiperinflación, y poder obtener una valiosa experiencia".

En mayo de 1985 el Banco de la Provincia de Buenos Aires, lanzó el Programa, como una forma de recrear el ahorro destinado a la vivienda por un lado y asistir a los sectores de ingresos medios que tenían una cierta capacidad de ahorro (20 al 30 por ciento del precio de una vivienda), pero que no destinaban ese dinero a la compra de la vivienda, por falta del financiamiento complementario necesario.

"De esta forma -señaló Resnick Brenner colaboramos con la reactivación de uno de los sectores más dinámicos de la economía, monetizándola al promocionar el aumento del ahorro local líquido dentro del sistema institucionalizado, a través de los títulos VAVIS emitidos en moneda local que representaban, en origen, el valor nominal de un metro cuadrado de construcción tipo, que se ajustaba diariamente de acuerdo con la evolución del Indice del Costo de la Construcción del INDEC, más un 3 por ciento anual sobre el capital ajustado, en concepto de interés".

Según el presidente de la Comisión de Economía del Centro Argentino de Ingenieros, "a diferencia de muchos programas de vivienda difundidos, el plan tuvo el mérito de explicitar claramente el origen de los fondos, teniendo por lo tanto el sustento necesario como es la disponibilidad de los recursos".

Resnick Brenner recordó que "hasta ese momento los planes de préstamos para la compra de la vivienda tenían importantes regulaciones en cuanto al uso, superficies, niveles de terminación, ubicaciones. Este fue el primer plan en que el comprador podía elegir libremente su vivienda dentro de lo que el mercado le ofrecía, y además de la vivienda única y de ocupación permanente, podría ser una segunda vivienda, incluso viviendas para someterlas en el mercado de alquileres".

En relación a las características del crédito al comprador, Resnick Brenner indicó que "para la compra de la vivienda para uso exclusivo, el monto del préstamo cubría hasta el 80 por ciento de tasación del Banco, con un interés del 6 por ciento anual y cuotas mensuales ajustadas con el índice de salario con una afectación máxima del 30 por ciento del ingreso familiar. Para una segunda vivienda o para otros destinos, el préstamo alcanzaba hasta el 70 por ciento con una tasa del 7,5 por ciento anual ajustadas por el índice del costo de vida, y una afectación del 20 por ciento con lo que el comprador debía demostrar ingresos 5 veces mayores a la cuota resultante".

El presidente de la Comisión de Economía del Centro Argentino de Ingenieros explicó que como el entonces ministro de Economía del país sostenía públicamente que el salario real se incrementaría el 8 por ciento anual, "el repago del crédito era perfectamente posible".

Sin embargo, el Banco para poder cubrir a los compradores para el caso que fuera negativo como realmente pasó el comprador seguiría pagando sus cuotas mensuales con el ajuste por su índice el de salario, y si en el plazo del crédito quedaran saldo impagos, el Banco se los daba por cancelados, pues se consideraba que la sociedad se había portado mal con él".

"Esta situación fue la decisión política del Banco tomada por su Presidente y Directorio, que permitió que los compradores pudieran acceder sin temor de encontrarse en lo que había sido la tristemente recordada Circular 1050 del BCRA, que causaron un verdadero desastre a los compradores", precisó Resnick Brenner.

"Esa vinculación sólo fue posible en aquel momento a través del Banco de la Provincia de Buenos Aires en mérito de su independencia del BCRA, establecida en 1822 por el Pacto de San José de Flores, otorgada a la más antigua institución financiera existente en el país, y que hoy sería posible instrumentarla en cualquier otro banco del sistema, en base a los instrumentos financieros creados por la ley 24.441", concluyó.

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El objetivo fue asistir a sectores de ingresos medios que tenían cierta capacidad de ahorro.
 
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