rosario

Lunes, 27 de marzo de 2006

DEPORTES

Tenía que llegar Tiro para que Astrada consiga el primer triunfo

Los jugadores canallas mostraron su mayor
jerarquía en la chancha, pero la distancia
entre los equipos no fue la del resultado

 Por Alejo Diz

3 CENTRAL: Castellano (6); Moreira (5), Loeschbor (6), Fassi (5), Rivarola (7); Coudet (6), Borzani (6), Andrés Díaz (4), Encina (5); Vitti (6), Ruben (5). DT: Leonardo Astrada.

0 TIRO FEDERAL: Vivaldo (3); Ruiz (4), Melo (5), Abrigo (5), Cafasso (4); Aguiar (4), Iribarren (4), Basualdo (5), Gelatini (4); Carreño (-), Cámpora (4). DT: Oscar Del Solar.

Goles: PT: 6m Loeschbor (C). ST: 2m Rivarola (C) y 7m Vitti (C).

Cambios: PT: 26m Barrios (4) por Carreño (TF). ST: 14m Fermani por Aguiar (TF), 15m Vilce por Gelatini (TF), 30m Velázquez por Vitti (C), 32m Pallaro por Borzani (C) y 37m Vecchio por Coudet (C).

Arbitro: Gabriel Favale

Cancha: Central

Expulsado: ST: 34m Ruiz (TF)

Central encontró en Tiro Federal aquello que tan lejos tuvo en los últimos ocho partidos: ganar. El resultado refleja una diferencia generosa entre un equipo y otro. Pero las distancias deportivas no fueron excesivamente abundantes. Lo que desequilibró la balanza para los canallas fue la jerarquía de sus jugadores. No porque Central ostente un plantel de vuelo alto, sino porque Tiro Federal no ofrece en cancha un elenco en sintonía con la divisional. Fue así como Central encontró su primera victoria en la era Astrada. Pero ahora llegan objetivos más laboriosos: encontrar el fútbol que recupere la credibilidad en el equipo.

Tiro Federal le amargó la tarde a Boca la semana pasada, goleó a los canallas en el torneo anterior y derrotó al actual puntero del Clausura. Esos son sus pequeños triunfos. Y con sólo ese puñado de satisfacciones perdidas deberá conformarse el plantel de Ludueña en su paso por la máxima categoría. Es que los tigres siguen sin desplegar motivos deportivos que permitan soñar con la permanencia. Y fue Central el que aprovechó sus frágiles condiciones futbolísticas.

Pero Central se lució sólo en el marcador. Porque durante el desarrollo del encuentro tuvo tramos de incomodidad y el equipo recién pudo desparramar sobre el césped algunos apuntes interesantes --pinceladas de Vitti, protagonismo de Rivarola, poco más-- cuando el equipo ya estaba en ventaja. Fue allí donde emergió Vitti ganando protagonismo, donde Rivarola pudo proteger sus espaldas y a Castellano lo desobligaron de responsabilidades comprometidas.

Antes del primer gol lo tuvieron Aguiar e Iribarren, ambos desbordando por derecha. Hasta entonces Tiro era dominador y Central dominado. Pero se trata de dos equipos de presente enredado y futuro difuso. Por eso un gol puede significar tanto. Y así como para el canalla el tanto le contagió confianza, al tirolense el grito auriazul lo derrumbó, a pesar de que restaban 75 minutos por delante. Luego llegó la lesión de Carreño (desgarro) y allí la visita resignó una variante válida de ataque.

Fue con pelota parada --el mayor punto débil del fondo tirolense, sin dudas-- como Central le cambió la cara a la tarde. Sobre el primer cuarto de hora Coudet lanzó un tiro libre al área que encontró a Loeschbor cabeceando en soledad --le sacó una cabeza de venta a todos-- frente a la cara de un impávido Vivaldo para poner la primera ventaja.

A diferencia de lo sucedido ante Palmeiras, Central, ya ganando, afrontó el juego con otro carácter. Fue necesario el gol para que los auriazules se sientan superiores. E impusieron esa convicción en el trámite del juego. Con un Coudet de buena movilidad y un Vitti sin miedos, a Central le alcanzó para ser más.

El segundo tiempo fue un exceso. Porque Tiro no ofreció resistencia y ni siquiera llevó peligro con Cámpora. Y aunque estaban a un gol del empate, a los dos minutos Rivarola clavó un tiro libre sobre el palo de la barrera (Vivaldo no tuvo fuerza en las piernas para lanzarse con velocidad) y todo se acabó.

Lo que restaba ver eran detalles: el gol de Vitti en palomita tras centro de Rivarola, la expulsión de Ruiz y un Central jugando con serenidad desconocida. La victoria mantiene a los canallas en el camino de la recuperación. El equipo fortaleció su ánimo y respondió con sobriedad a una obligación ineludible, como era vencer a los tigres. Y con espíritu en evolución, ahora es tiempo de atender las urgencias deportivas.

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Ruben tuvo un gran despliegue en el campo pero no pudo marcar. Rivarola ratificó su estampa de ídolo canalla.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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