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Domingo, 6 de enero de 2008

CULTURA / ESPECTáCULOS › BALANCE 2007 DE LO QUE PASO CON EL TEATRO LOCAL

La respuesta del espectador

A diferencia de constantes indagaciones de grupos que persisten en la experimentación y el riesgo escénico, ahora se privilegia la respuesta directa.

 Por Julio Cejas

Habría que diferenciar en varios aspectos lo acontecido durante el 2007 en materia teatral, por un lado lo estrictamente estético que no deparó grandes sorpresas si se tiene en cuenta el desarrollo de las últimas propuestas locales. En todo caso se viene afianzando una línea de trabajo que a diferencia de las constantes indagaciones de los grupos que persisten en la experimentación y el riesgo escénico; privilegia fundamentalmente la respuesta directa del espectador.

Dos grandes producciones demostraron este año que un sector importante del movimiento teatral rosarino apoyado en una tradición que tiene referentes históricos, vuelve a confiar en condimentos probados y legitimados por el público que vuelve al teatro para divertirse como premisa básica. En esta línea se inscriben dos atractivos espectáculos promocionados y pensados para sostenerse en cartelera: Esperando la carroza y la trilogía Las Polacas de Patricia Suárez.

Como una de las apuestas más ambiciosas del Teatro La Comedia, la adaptación del texto de Jacobo Lagsner apuntó a recuperar el imaginario que los espectadores conservan de uno de los films emblemáticos del cine argentino de los '80. En ese sentido el director Matías Martínez aprovechó la mayoría de los guiños que la versión fílmica de Alejandro Doria inscribió en los personajes de la obra original, hasta lograr un grotesco mucho más digerible y cercano a las comedias de enredo sin profundizar en los aspectos dramáticos del texto original.

Contó para ello con un elenco fogueado en su mayoría en el registro de lo humorístico y en el que destacan artistas reconocidos por el público rosarino como Gachy Roldán, Silvina Santandrea, Liliana Gioia, Mario Vidoletti, Haydee Calzone y Ofelia Castillo. Un dato significativo e inédito para gran parte de los actores rosarinos es la respuesta del público ante la salida de cada uno de los protagonistas; aplaudiendo a la manera de lo que ocurre con los actores reconocidos del teatro porteño.

En el caso de Trilogía de las polacas integrada por "Casamentera", "Varsovia" y "Desvan", el tema de la trata de blancas y la historia de inmigrantes conecta con una tradición rosarina muy arraigada como es la sórdida historia de Pichincha. Otro entorno que seduce al espectador local y que en este caso está sostenido por la oportuna escritura dramática de Patricia Suárez, conocedora de un tema que pareciera dar buenos réditos a nivel de taquilla. A juzgar por los números que manejan los responsables de esta propuesta dirigida por Damián Ciampechini, que afirman rotundamente haber superado la cifra de 3000 espectadores; el éxito estaría asegurado.

Más allá del despliegue también largamente promocionado en la página de la obra; "con más de 50 actores en escena, música en vivo y la caracterizacion de época"; uno de los ingredientes de mayor atracción fue el aprovechamiento de diferentes espacios para el recorrido de las distintas fases. Uno de los más impactantes por lo menos para una ciudad que no se prodiga en propuestas escénicas que aprovechen sus espacios naturales; es sin duda Varsovia", obra que se desarrolla en el Barco Ciudad de Rosario, donde los espectadores comparten con los actores aquellos históricos viajes desde Varsovia a Rosario, la tierra prometida.

En el terreno de la experimentación, trabajos como Obra 1 (construcción de silencio) creada por el Grupo Teatro Katastrofa, e Intervenidos

(Ensayo Plosky) del grupo "La sociedad del ángel", destacaron por lo original de sus búsquedas. El director de Obra 1 Santiago Dejesús se apoyó en la capacidad de otro creador como Mauricio Caturelli que hace tiempo viene investigando una poética basada en la tensión de los cuerpos y los objetos escénicos. Un elenco de jóvenes actores sostienen un itinerario dramático que requiere un espectador atento y dispuesto para las múltiples lecturas de la obra. Por su parte el director Esteban Goicoechea se permite reflexionar en Intervenidos sobre una temática que pareciera haber desvelado a más de un teatrero de las últimas generaciones; poniendo en tensión los procedimientos y las intimidades del proceso creativo. Un tema sobre el que volvió a investigar uno de los dramaturgos rosarinos de mayor reconocimiento en los últimos años; Leonel Giacometto quien profundizó en Fingido y Real, los alcances de la tan vapuleada dramaturgia del actor (ver aparte).

El grupo Rosario Imagina con la dirección de Rody Bertol, presentó su particular versión de Los Invertidos de González Castillo; material previamente retrabajado por Alberto Ure y que aborda el tema de la homosexualidad. Más allá de los aciertos a nivel de puesta, este trabajo resultó poco efectivo a partir de los desniveles actorales y fundamentalmente por los distintos abordajes que el teatro de los últimos años propuso a un tema que no resulta hoy tan perturbador como en los tiempos en que el propio Ure lo llevó a escena.

El grupo Hijos de Roche creado y dirigido por Romina Mazzadi Arro, abrió un nuevo camino en la exploración de su propia poética con Insoportable (El término de un largo día), estrenada en el Centro Cultural Parque de España y que después de varias funciones alcanzó la solidez demostrada durante su presentación en el último "Experimenta".

Otra agrupación que festejó sus 10 años de trabajo ininterrumpidos fue La Comedia de Hacer Arte con una retrospectiva de sus obras más importantes: Una de Morenos, Patagonia y Olvido y Rosaura a las diez.

El actor Horacio Sansivero puso en escena la premiada obra Fraternidad de Mariano Moro, adaptando el texto a un itinerario dramático que se apoyó en las actuaciones del propio Sansivero y Gustavo Sosa. Por su parte el director Jorge Simone reapareció al final de este año con un homenaje al teatro de Goldoni en la clásica Arlequín, servidor de Dos Patrones, en una puesta con un despliegue de vestuario que evocó los orígenes de la Comedia del Arte.

En el terreno específico del trabajo con muñecos, el estreno de Perfil de Muñeca del Grupo Caray Carape, marcó un crecimiento de las responsables de "Morocco Club", ópera prima que todavía continua presentándose después de 6 años de estrenada. Por su parte en un nuevo desafío el Grupo El Rayo Misterioso llevó adelante, a pesar de sus problemas económicos, el ya tradicional "Experimenta". En esta novena edición el grupo contó con el auspicioso aval del conjunto de las salas teatrales rosarinas, nucleadas en la Asociación de Teatros Independientes de Rosario.

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"Rosaura a las diez" del grupo La Comedia de Hacer Arte.
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