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Lunes, 13 de octubre de 2008

CULTURA / ESPECTáCULOS › HELLBOY II, DE GUILLERMO DEL TORO, RELEE EL COMIC

Un demonio con sus remordimientos

 Por Leandro Arteaga

Hellboy II: El Ejército Dorado. (Hellboy II: The Golden Army) EE.UU./Alemania, 2008

Dirección: Guillermo del Toro.

Intérpretes: Ron Perlman, Selma Blair, Doug Jones, James Dodd.

Duración: 120 minutos.

Salas: Monumental, Showcase, Village.

8 (ocho) puntos

Si la primera entrega de Hellboy (2004) -niño demonio nacido de las entrañas de la Tierra a partir de conjuros nazis más malos que el mismo Diablo- tuvo sus aciertos y distracciones (una trama enrevesada que descuidaba la esencia misma del comic), en esta nueva oportunidad la situación cambia: los personajes ya nos son conocidos y ahora es la acción la que ocupa la preferencia argumental.

A partir de una leyenda oída por un Hellboy niño, a la manera de un cuento de hadas, un Ejército Dorado duerme un letargo que promete el caos, siempre y cuando el delicado equilibrio entre los humanos y sus mitos no se quiebre. Ejército indestructible que supo significar una victoria pero también su remordimiento. Guerras antiguas, ya olvidadas por un mundo de cemento, shoppings y edificios; tal es la sentencia del Príncipe Nuada (Luke Goss), dispuesto a recuperar aquella gloria perdida, oculta a la vista humana en túneles y pasadizos encantados.

Hellboy (Ron Perlman) oficiará como vínculo entre ambos mundos, como el nudo que puede restablecer el balance así como también decantar la fortuna hacia uno u otro lado. Lo que suscita la misma complejización del personaje. Allí tenemos el móvil del film, que alcanza un momento grandilocuente y penoso durante el enfrentamiento entre este diablo de cuernos recortados y un gigantesco ser elemental y vegetal.

Habrá que recordar que Hellboy, además, trabaja para una departamento secreto, dedicado a asuntos paranormales, que trata infructuosamente de mantener su anonimato ante el gusto mediático del demonio. Otro punto molesto: Hellboy busca reconocimiento y obtiene odio humano. De nuevo, la situación límite.

Pero lo mejor de todo ello es que en Hellboy II anida un espíritu -si se permite la expresión- absolutamente "muppet". Así como en las primeras y mejores entregas de La guerra de las galaxias.

De modo tal que Hellboy II es un disfrute para el espectador pero, también, para su realizador. Guillermo del Toro es un amante de las historietas. Sabe valerse del género fantástico tanto para el traslado de los cuadritos de papel a la pantalla grande como también para abordar la Guerra Civil española, por medio de films como El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006).

Del Toro supo señalar que el cine, para él, "consiste en entender la vida mediante la fabulación". No hay dudas de que sus simpatías -y las nuestras- estén puestas en este demonio que fuma habanos y gusta de los caramelos, mientras trompea a cuanto engendro inimaginable se le cruce.

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El personaje de Ron Perlman enfrenta más de una paradoja.
 
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