Tatiana Agüero tenía 8 años. Su hermana mayor, encargada de cuidarla el sábado por la noche, la había dejado en la casa de un vecino, pero ayer no hubo forma de encontrarla. A primera hora de la tarde, la familia hizo la denuncia en la comisaría sub 2ª, pero era tarde. Pocos minutos después, a las 15.30, un nene que fue a cazar pajaritos encontró el cadáver en un cañaveral ubicado en el límite entre el Bosque de los Constituyentes y Cristalería, cerca de Circunvalación y Baigorria.

La niña tenía una remera atada en su cuello, y le faltaba la ropa interior. Aunque la primera hipótesis indicó la existencia de abuso sexual, la policía aguardaba el resultado de las pericias para confirmar si antes de ser asesinada fue violada.

El hallazgo del cadáver de Tatiana no es el primero que se produce en la zona. En el extenso bosque municipal, en junio pasado, apareció muerto William Hurt, de 13 años, también estrangulado con una remera.

La División Homicidios intervenía en el caso, a la espera de los resultados de la autopsia.

En Santa Fe

Mientras tanto, ayer murieron cinco personas en distintos crímenes ocurridos en la capital provincial, una ciudad con los índices más altos de violencia del continente. En uno de los episodios, una pareja fue asesinada a balazos en el barrio Chalet, cerca de las 3 de la madrugada de ayer. Las víctimas fueron Lorena Meriles, de 24 años, y Favio Bordón, de 35, y presentaban impactos de bala en los cráneos.

Otro hombre, Ernesto Miguel Agú, de 37 años, fue encontrado con una soga sujeta a un tirante de madera en Alberti al 3700. Aunque podría tratarse de un suicidio, un testigo dijo que en la casa habían entrado dos hombres que encerraron a Agú en el baño y lo golpearon, al parecer, para exigirle dinero de una deuda.

Y Pablo Aguilar, de 18 años, también murió ayer, como consecuencia de una herida de arma blanca en el cuello, en el marca de un enfrentamiento entre dos familias en el barrio San Agustín II. La víctima era trasladada hacia el hospital provincial Mira y López, pero falleció en el camino.

El quinto muerto también era joven. Juan Alberto Giménez, de 21 años, murió por un impacto de bala en el tórax, en la esquina de Pavón y Sarmiento, de Santa Fe. El balazo fue disparado mientras reñía con dos personas.