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Jueves, 21 de julio de 2011

CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. EL ROSARINO EZEQUIEL DIZ Y SU TRABAJO COMO COMPOSITOR

"Para mí es un momento bisagra"

Esta noche, el Septeto Lutetia estrenará la "Fantasía Nro. 9" de Diz, donde el joven autor cruza los lenguajes de lo clásico y popular. "Tomo elementos que rompen con la tradición, pero que no la destruyen", aseguró.

 Por Edgardo Pérez Castillo

Compuesta por expreso pedido del Septeto Lutetia, la "Fantasía Nro. 9" para flugelhorn y quinteto de cuerdas de Ezequiel Diz formará parte del concierto que esta noche, a las 21, la formación que integran Alexander Panizza (piano), Alejandro Sandler (trompeta y flugelhorn), Elías Pelmuter Gurevich y Grace Medina (violines), Gabriel Falconi (viola), Miryam Santucci (cello) y Oscar Carnero (contrabajo) brindará en el Auditorio Fundación. Escrita especialmente por el joven autor rosarino, la pieza sonará junto al "Quinteto para piano y cuerdas" de Robert Schumann, el "Cuarteto para cuerdas" de Claude Debussy y el "Septeto para piano, trompeta y quinteto" de Camile Saint Saëns, en un hecho poco habitual para el ámbito clásico local, que comienza a abrirse a creaciones que se alimentan también de las expresiones populares.

En diálogo con Rosario/12, fue Sandler quien relató el proceso que derivó en esta colaboración: "La idea era hacer obras de renombre y teníamos pensado encargar una obra para el grupo para este concierto en especial. Así salió el nombre de Ezequiel. Me gustó mucho la idea de poner al flugelhorn en el tango, me interesó la mezcla que él hace de la escritura clasicista o contemporánea con la música popular, el tango en este caso. Lo interesante de su obra es que todos los intérpretes estuvieron muy motivados. Los músicos son muy críticos con los compositores, pero en este caso hubo una reacción muy positiva. Si bien no es una obra sencilla técnicamente, donde todos tenemos mucho para tocar, la mezcla entre cuerdas y flugelhorn suena perfecto. Y hay que poner mucho de la técnica clásica pero también muchos pasajes y efectos del tango".

En ese sentido, Diz reconoció su interés por aceptar desafíos de este tipo: "Me resulta muy atractivo e interesante escribir para

instrumentos que no son tan normales, como el serrucho, el flugelhorn. En ese sentido el tango contemporáneo ya abrió para otros instrumentos, pero en este concierto mi música se va a manejar en un ámbito académico, donde la brecha se abre mucho más. Me resulta atractivo, y por suerte las cosas anduvieron".

Para el concierto de esta noche, Diz compuso una obra que se encuadra en una serie de trabajos "para instrumentos solistas y orquestas, o algunas de cámara", según la definición del compositor, que amplió: "Esta obra encaja bárbaro, porque sin ser una obra para solista, es muy concertística, con un lenguaje popular, pero que no rompe una brecha de lo que para el oyente es accesible y disfrutable. Tomo elementos que rompen con la tradición, pero que no la destruyen. Eso me parece que tiene un atractivo para el público y para quienes en este caso encargaron la obra, que tiene detalles de innovación pero que no denegan el pasado completamente".

Auspiciosa, la intención de trabajar en la frontera entre lo clásico y popular abre el juego para un sano cruce de lenguaje. Y, también, para la aparición de nuevos oyentes. "Posiblemente tenga que ver con una generación post piazzolleana. Y en el ámbito académico para mí el que rompió la brecha, y puede ser definido como el primero en hacer música popular sinfónica, es Villa Lobos, un tipo que sale de la academia y se vincula con lo popular. En Argentina eso pudo verse con Piazzolla. Con mi generación esa brecha se empieza a ampliar. Para mí es un momento medio híbrido, bisagra. No siento que soy un compositor académico ni tampoco popular, estoy en el medio", destacó Diz.

En ese sentido, Sandler distinguió la posibilidad de que este tipo de cruces permitan la apertura a nuevas audiencias: "Una obra se hace popular cuando hay factores que están en la cultura en general. El tango es algo que todos conocen, y tal vez una persona que no vendría a escuchar un septeto de Saint Säens se acerca a partir de la presencia de una obra de un compositor argentino, y rosarino, como Ezequiel. Esa es la riqueza de la música, donde podemos cruzar obras de distintas culturas".

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El compositor Ezequiel Diz junto al trompetista Alejandro Sandler, radicado en Francia.
 
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