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Lunes, 27 de enero de 2014

CULTURA / ESPECTáCULOS › EUROPA-EUROPA EMITE LA MINISERIE "EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO"

La evocación surgida de la magdalena de Proust

Hay epítetos que se forjan desde el mundo del arte que parten del modo en que alguien, desde su hacer, con esos identificables rasgos personales, define un cierto perfil, una conducta, una manera de captar estados de ánimo. Y lo hace con sus particulares trazos, siguiendo el recorrido de su mirada, de una escritura, atendiendo a sus propias tensiones internas.

Generalizadas en el habla cotidiana, están las expresiones "felliniano" para referirse a la presencia de lo grotesco, atravesado por la ternura, que sale al cruce; "kafkiano", ante una situación que pareciera que se mueve entre el absurdo, la no respuesta, por lo que comenzamos a experimentar una sensación de encierro y no salida. E igualmente, una cruel y desencajada risa burlona de la vida podemos llegar a pensarla en términos "buñuelianos". Por nombrar sólo algunas.

Cómo no tener presente en este recorrido a la famosa magdalena de Proust? En La prima Angélica, de Carlos Saura (1974) se menciona directamente, a propósito de las vivencias que experimenta el protagonista, en ese viaje al pueblo de su infancia, con motivo de un recordatorio familiar. Y esa mención a este pasaje inicial de la obra de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, se va resignificando a lo largo de todo el film, en ese cruce de presente y pasado de esfumadas zonas fronterizas.

La tan citada magdalena que, al saborearse, abre los pórticos a los sentidos y a las emociones, en una historia de amores encontrados, celos, rivalidades y desilusiones, que Marcel Proust comenzó a escribir en los primeros años de la década del diez. Siete tomos bañados por la luz del impresionismo de Debussy y los claroscuros de pasiones no correspondidas y deseos no asumidos. Páginas de la memoria, recuerdos e invenciones que formaron parte de los proyectos fílmicos de dos maestros del cine: Joseph Losey y Luchino Visconti. Este último, en los 60, con el propósito de recuperar a Greta Garbo para la pantalla, tras varios años de alejamiento.

Y es ahora el canal Europa﷓Europa el que ofrece esta miniserie de dos capítulos, de dos horas cada una, en dos emisiones: martes a la 0.10 (pasada la medianoche de hoy) y el mismo día, martes 28, a las 22. De esta manera, podremos ver esta realización de la directora Nina Companeez, de 2011, en la que se juegan desde la figura del narrador, rol que asume Micha Lescot, aquellos momentos que lo sorprenden en su anhelo de ser escritor, los recuerdos que asoman del medio familiar y social de su tiempo, los problemas de entonces, los rechazos en el amor, su velada homosexualidad, su escisión interna, los viajes.

Para interpretar los ya tan familiares personajes de la novela de Proust, su directora ha convocado a Dominique Blanc (Madame Verdurin), Didier Sandre (Baron de Charlus), Valentina Varela, madre de la realizadora (Duquesa de Guermantes), Catherine Samie (la abuela), Andy Silette (Saint Loup), Dominique Valadie (La madre), Jean Claude Drout (Elstir), Eric Ruf (Charles Swann). La dirección fotográfica es de Dominique Brabant y la banda sonora la compuso Bruno Bontempelli.

En un pasaje del film El tiempo recobrado, de Raúl Ruiz (1999), con Catherine Deneuve, John Malkovich, Emmanuelle Beart, basado en la última de las novelas de esta gran obra, publicada póstumamente en 1927, su director establece sutiles analogías entre el tiempo proustiano y los aspectos imaginarios del cine, en lo que compete al orden perceptivo y a lo ilusorio. Podríamos decir que sin ser un teórico del cine, Marcel Proust, fallecido en 1922, captó aspectos de la capacidad expresiva del cine, de los juegos del montaje, de las variaciones espacio﷓temporales.

En relación con el autor, y a propósito no ya de los numerosos films en los que se cita de manera directa o indirecta el epíteto "proustiano", recordemos que a principios de los 80 Percy Adlon, el director de Bagdad Café, estrenó Celeste, nombre del ama de llaves de Marcel Proust, quien lo cuidó hasta sus últimos días. Y en esa misma década, el realizador de El tambor, Volker Schlondorff, presentó El gran amor de Swann, con Jeremy Irons, Ornella Muti y Alain Delon.

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La directora Nina Companeez convocó a un gran elenco.
 
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