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Miércoles, 19 de julio de 2006

CONTRATAPA

AMISTAD

 Por Margarita Scotta *

¿La amistad nace del erotismo? Si la amistad surge en el punto donde lo sexual se esfuma es como por arte de magia, o por ese arte en el que (también) podemos convertir nuestro talento humano para "trabar" relación con otros.

En el texto más antigüo que trata acerca del eros, un dios o demonio, ese impulso de "lo" que atrae a la gente y transforma a cualquiera en especialmente atractivo (de esa palabra griega deriva erótica, erotismo; aunque también ha sido traducida como amor) Platón nos dice que las relaciones humanas son una creación (El Banquete; siglo IV a. de C.): Que los hijos son una creación del cuerpo mientras que los vínculos y las obras son creación del alma. Para Platón, los hijos serían algo así como una obra de menor envergadura, no en sentido despreciativo, pero al desprenderse y diferenciarse de los padres y emprender su propio camino, en realidad, nunca podrían ser la trascendencia de los progenitores; por el contrario, las relaciones humanas y las obras serían las únicas creaciones que nos permitirían trascender. Traduciendo al filósofo, podríamos decir: ir un poquito más allá de uno mismo; pero, sorprendentemente ¡para sentirse uno mismo!

Y es Platón quien abre una idea nueva: Crear la relación amorosa como esa "ocurrencia entre dos" acerca de la que es posible reflexionar. Aunque nos advierte que nunca llegaremos al saber de sus razones (¿Por qué me enamoré de él o de ella? ¿Por qué me siento más amiga o amigo de este o aquel?) Sólo podemos decirlo sin saberlo. Y, aunque las palabras no alcanzan para explicarlo, en ese margen que ya no es bla bla bla, habrá que jugarse con una palabra que dará a luz un sentir, establecerá una alianza y nos pondrá de otro modo con nosotros mismos.

¿La amistad nace de la relación con la madre? Eros también se ha traducido como filiación y como amistad, esas variaciones de "lo que une" desvestidas del matiz sensual pero vecinas al erotismo.

Aparentemente, la amistad no tiene nada que ver con el enamoramiento; sabemos cuando estamos enamorados y cuando es simplemente amistad: ahí donde suspender la expectativa sexual nos descubre un amor distinto. Y, como pensaba Freud, además nos permite establecer vínculos más duraderos y seguros porque al quedar fuera de juego la espera de satisfacción sexual, la amistad y todas las relaciones cultivadas en la ternura, duran más en el tiempo porque no quedan supeditadas a la caída que sobreviene cuando el sexo se inmiscuye.

¿La amistad nace de una renuncia al goce sexual? Para Freud, lo que llamamos amistad proviene de la gama de sentimientos desligados de la atracción sexual pero originados en la ligazón a "la persona de la madre". Que recién podríamos alcanzar a sentir cuando percibimos que en ella, en la madre, hay efectivamente una persona; es decir, cuando conseguimos tomar cierta distancia con su cuerpo. En el momento clave de esa perspectiva nueva, también nace el impulso sexual desde zonas corporales que antes fueron extensión sensible del cuerpo materno y nos permitieron vivenciar por primera vez el placer (ese agregado a las necesidades para que tengan algo de gusto). Pero como el sentir despertado por la sensualidad caerá bajo una prohibición tajante (en el inicio se trataba de la madre) nace el poder del sexo para siempre separado de la persona que lo provocó. Este desgarrón original marcará de originalidad la tendencia tan humana a estrecharse con otros; por un lado, la sublimación de la atracción sexual estimulada por la madre nos posibilitará amar sin la coacción del sexo y, por el otro, la ternura vivida en su cercanía nos abrirá a los matices de lo amistoso. Esa rareza de un amor sin espera de satisfacción sexual que pulsará distinto para asegurarse que su placer todavía pueda estar allí, a mano. Y nos asombrará luego en la calidad de ciertos vínculos de los que también son capaces tanto hombres como mujeres.

¿La amistad es un olvido del sexo? La amistad olvida de qué sexo es el otro (habrá que ver, entonces, de qué forma aparece cuando se lo recuerda) y es cierto que es muy distinta entre mujeres y hombres. Observemos que los niños varones crecen buscando hacer amigos para conseguir algo que quieren, mientras que las niñas necesitan alejarse de sus amigas para alcanzar lo que quieren. Esto volverá invertido en el reclamo adolescente de sentirse abandonadas por sus amigas cuando tienen novio. Mientras que el hombre sentirá más conflictivamente el alejamiento de sus amigos que sólo la mujer le impone, porque sabe que siempre necesitó aliarse con otros varones para avanzar con sus logros. Por algo suele decirse que el hombre sabe ser buen amigo y la mujer no (sospechamos más de la posible traición de un amante que de un amigo).

¿La amistad nace de una conquista cultural? Dicen que el guerrero ancestral necesitó primero de la camaradería leal de otros guerreros para asegurarse el triunfo en la lucha contra los enemigos. Y tenemos que reconocer que se desconfía más de la mujer en la amistad que del hombre. Tal vez porque la amistad se origina como una cosa entre hombres, entre el aliado y el rival, por las exigencias de la guerra, ese oscuro placer tan masculino que deja a la mujer excluída. Y así, si la mujer necesita aliarse con otras mujeres, nunca serán tan claras ni los motivos de ese acercamiento ni sus metas (porque si en la cara invisible de la amistad está la persona de la madre vaciada de la experiencia sexual, jamás podría ser lo mismo para un hombre que para una mujer).

¿La amistad nace de no saber que estamos enamorados? Platón también pensó que quien recibe el sentimiento de un pretendiente enamorado, no siente "amor" (eros) sino que siente "amistad" (philia). Quien es depositario de un entusiasmo de otro se siente filiado ("hace familia") en un vínculo muy particular que, no permitiéndole enamorarse, sin embargo le hace ser un amigo. El enamorado buscando un objeto para su eros encontrará un amado, que no vibrará sensualmente sino que establecerá un lazo muy desnivelado a través del cual, sólo por sentirse amado, se convertirá en amigo.

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