rosario

Miércoles, 7 de enero de 2009

CORREO

Negativos

En los contactos que hacemos con la gente, siempre aparecen argentinos -por suerte muy pocos- que con un negativo análisis nos inducen a desistir del objetivo de recuperar nuestros ferrocarriles y para ello, se basan en la caótica situación en que dejaron los concesionarios a las estructuras ferroviarias, el abandono de las vías, la destrucción del material rodante y el sistemático robo de valiosos talleres con sus maquinarias y equipos que poseían las distintas líneas (empresas) ferroviarias del Estado.

Pese a admitir que el daño inferido al patrimonio ferroviario, ﷓que contara con la complicidad de la dirigencia sindical y algunos funcionarios corrupto﷓, es superior al que la ciudadanía presupone, desde Tren para todos decimos que la recuperación de los trenes no solamente es posible, sino que es imprescindible.

Con un gradual pero sostenido proceso de transferencia de cargas que invierta las actuales ecuaciones de asignación de cargas y pasajeros, recuperando inicialmente 32 millones de toneladas/Km y 12 millones de pasajeros/km y una inversión inferior al costo del polémico y poco explicitado proyecto del tren bala, el país estaría en condiciones de afrontar las recuperaciones de los principales ramales que conectan nuestras economías regionales, repoblar los pueblos hoy desiertos, generar nuevas fuentes de trabajo y devolver el optimismo a cientos de miles de pobladores.

Las muy lentas y cuestionadas medidas de recuperación de algunos servicios, la escasa planificación de los aislados emprendimientos ferroviarios enunciados con bombos y platillos, la ausencia de autocríticas de los dirigentes y parlamentarios nacionales por todo lo sucedido y lo que sucede en la órbita del Estado respecto de los ferrocarriles, la falta investigación judicial sobre el patrimonio saqueado y un parlamento que no acierta a imponer el debate, no serán trabas suficientes para impedir que frente al creciente reclamo popular, los trenes vuelvan a circular y la propia sociedad instale ese debate postergado.

La irrebatible necesidad de reducir la siniestralidad de nuestras rutas y autopistas con la reducción gradual de la circulación de los grandes camiones y ómnibus y la sustitución progresiva por trenes nuevos, modernos y en condiciones de asimilar la demanda creciente, irá definiendo un perfil de progreso nuevo, sustentable y económicamente viable con el actual proyecto de Tren para todos, que seguiremos impulsando en el parlamento cuando se reinicien las sesiones ordinarias.

Angel M. Contestí

Tren para todos

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