La decisión del titular del Tribunal Colegiado de Familia N 5, Ricardo Dutto, que al otorgar la adopción plena de un menor en guarda desde hace tres años, le dio a la madre biológica, usuaria de salud mental, la posibilidad de realizar visitas periódicas al niño, configuró un fallo que no registra precedentes. En diálogo con Rosario/12, la abogada Mariana Antonelli, que integra el departamento jurídico que funciona en el Hospital Neuropsiquiátrico Agudo Avila, y que acompañó a la mamá biológica durante todo el proceso, remarcó que "detrás de este fallo hay historias de vida, hay personas y hay un niño", sin disimular la alegría que rodea a todas las personas que participaron de una historia sorprendente. "Hoy estamos felices porque también consideramos que esto va a servir para otros padres y madres, que también por alguna circunstancia de la vida no puedan cumplir el rol, o tal vez la asistencia que ese niño requiera, puedan valorizan que otros puedan hacerlo con la posibilidad de este vínculo tan importante", apuntó Antonelli.

La profesional sostuvo que el reclamo de esta mamá comenzó en otro juzgado, pero durante mucho tiempo no consiguieron una respuesta. "Cuando la causa comienza a tramitar en el Colegiado 5, y el juez da lugar a este pedido, todas las partes obramos con mucha inteligencia, ya que jamás se perdió el objetivo de pensar en el interés del niño", afirmó Antonelli, quien ponderó la decisión del magistrado de "ordenar los intereses de las partes de un modo muy inteligente, porque en esto tampoco hay una ley clara que avale esta situación, no había fallos anteriores".

De todos modos, la abogada no puede dejar de resaltar las decisiones de "los papás adoptivos en no dudar ante la posibilidad de los encuentros, con todo lo que implica una situación así, y la de esta mamá biológica que viene solicitando desde hace tres años la posibilidad de contacto con mucha paciencia, pero creyendo que en algún momento se iba a lograr".

Antonelli rescató además la tarea interdisciplinaria en el hospital. "Cuando las personas que por algún motivo en la vida transitan alguna crisis o algún padecimiento en su salud mental, y que ese padecimiento requiere de una internación, en ese momento se pone en funcionamiento la asistencia integral que tiene que ver con un equipo interdisciplinario", precisó.

Para la profesional, la tarea laboral en el efector apunta a revalorizar los derechos, ya que "la mayoría de los sujetos que son usuarios de salud mental históricamente fueron despojados de todos sus derechos, es un grupo muy vulnerable. Por eso uno de los compromisos de este trabajo tiene que ver con eso, con la recuperación de sus derechos, convertirlos en sujetos de derecho".

En este sentido, Antonelli indicó: "Los que trabajamos en esto creemos que existe un sujeto pasivo, que está despojado de esos derechos, pero que también hay otros, a nivel sociedad, institucional, que despojan de esos derechos. Entonces, nuestro trabajo es adentro, pero también es un trabajo artesanal en el afuera ya que existen muchos mitos que circulan alrededor de un usuario de salud mental". Según la abogada, el trabajo interdisciplinario resultó fundamental y se trató de abarcar lo que más se podía, porque "no había que perder de vista que esto era una suma para este niño".

Según la abogada, el fallo abre una perspectiva futura muy interesante. "Esto tiene que ver con un avance. Las familias sociales han cambiado en todos los aspectos, las familias ensambladas, ampliadas, que poco tienen que ver ahora con la familia nuclear del padre, madre e hijos", afirmó.

Por tal motivo hay una expresión de deseo que sintetiza lo que vendrá: "Ojalá esto sirva. Para aquellos padres biológicos, porque hay que tener mucho amor para poder decir 'hasta acá llego, esto es lo que puedo, y hay otros que le van a dar lo que este niño necesita'. Pero también a aquellos padres, que le están dando lo que ese niño necesita, que puedan ceder para posibilitar este contacto, supongo que con todos los miedos y fantasmas que existen ante diferentes temores".

El contexto actual tampoco ayuda, ya que la abogada advierte que "todos los Colegiados de Familia, y esto es estadístico, están abarrotados de casos de violencia familiar, que se dan dentro de un núcleo de las familias que podíamos llamar tipos, donde hay niños y mujeres que padecen violencia". En este marco, la decisión de los padres adoptivos "es realmente meritoria, ya que no dudaron en que lo mejor para el niño era tener contacto con su mamá biológica, que a pesar que en un primer momento no hubo respuesta, confió en su lucha", precisó.

Antonelli considera que "los padres somos muy egoístas en el amor a nuestros hijos, y creo que este amor es mucho más grande que el que uno pueda entender. Siempre hay que pensar en lo mejor para los niños porque son sujetos en crecimiento que arman su historia, y la historia demuestra que, a la larga, ocultando sus orígenes y la identidad; aumentan las dificultades para armarla".

Hoy, la mamá biológica no vive más en el Agudo Avila, pero cuando se conoció el fallo del juez Dutto, "todos los usuarios, que estaban atentos al día a día con toda la situación, como los profesionales y trabajadores del hospital, la recibieron con mucha felicidad. Es una escucha de un pedido muy importante, y también fue una respuesta muy importante".

Durante el relato de la historia, en el que pocos minutos alcanzaron para resumir un proceso que duró más de tres años, la emoción jugó un papel preponderante. Pero cuando llegó el momento de recordar el día del primer encuentro entre la mamá biológica y los padres adoptivos, los ojos brillaron aún más de felicidad por la resolución del caso. Fueron mares de lágrimas -confío de los que no pudo escapar ni siquiera el juez.