En solo tres horas, se denunciaron doce intentos de secuestros virtuales en Rosario durante el fin de semana pasado. Así lo confirmó ayer la fiscal de la Oficina de Causas NN, Marcela Canavesio, quien expresó que los hechos se dieron casi en simultáneo y en distintos puntos de la ciudad. De todos modos, aclaró que en ninguno de los hechos llegó a consumarse la entrega de dinero, como pasó en casos anteriores, y se está investigando si se trató de una misma banda. Las denuncias se radicaron en diferentes dependencias policiales: siete de ellos ocurrieron en las seccionales 3ª, 6ª, 7ª, 9ª, 14ª y 32ª. Para Canavesio, "fue sorprendente el modo en que sucedieron. Lo que llamó más la atención fue la modalidad de operar a lo largo de un día completo y en jurisdicciones bastante distantes una de otra". Que las posibles víctimas denuncien apenas reciben el llamado se logró luego que las autoridades policiales y judiciales dieran a conocer los casos y advirtieran sobre el modus operandis.

El delito consiste en obtener dinero de una persona a quien se le hace creer mediante una llamada telefónica que alguien de su entorno está privado de la libertad. La fiscal detalló: "Primero actúa una persona que siempre llama por teléfono y habla de un accidente del que no hay muchos datos. Por ejemplo, menciona a una persona que antes de desvanecerse dio ese número de teléfono". Las bandas buscan que quien atiende el teléfono brinde, sin darse cuenta, la información necesaria acerca de esa persona que generalmente está ausente del hogar y que, según dicen, sufrió un accidente. La comunicación se corta, y le piden a la víctima que no use el teléfono porque la volverán a llamar con más datos. En la siguiente llamada se habla de un secuestro y se pide un rescate. Según la fiscal, la persona que se comunica telefónicamente "suele sonar convincente", pero algunas veces hay errores en el relato.