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Viernes, 5 de agosto de 2016

CIUDAD › UNA MUCHEDUMBRE PARTICIPó AYER EN LA CIUDAD DEL RUIDAZO

"Macri, careta, pagame la boleta"

Las pancartas se encargaron de traducir la bronca con humor popular: "Me sobra mes al final del sueldo", decía una. Por fuera de las banderas partidarias y gremiales resaltó la presencia de muchos hombres y mujeres que participaron por su cuenta.

 Por Luis Bastús

El descontento popular volvió a hacerse notar anoche en Rosario, como en tantas otras ciudades del país en las que la población protagonizó la segunda protesta contra los aumentos de tarifas en los servicios públicos. El nuevo "Ruidazo", como se llamó a esta movilización, unió Tribunales con la plaza San Martín con una concurrida columna que esta vez trascendió a los militantes de las organizaciones sociales que habitualmente se expresan en la calle: por fuera de las banderas partidarias y gremiales resaltó la presencia de muchos hombres y mujeres que participaron por su cuenta, movilizados por su rechazo no sólo a los tarifazos sino al rumbo general del gobierno de Mauricio Macri. Desde la Multisectorial contra el Tarifazo celebraron el fallo judicial que obliga a retrotraer los aumentos y exhortaron a no pagar las facturas de luz y gas.

La manifestación arrancó frente a los Tribunales de Balcarce y Pellegrini luciendo el aspecto habitual de otros mitines similares: los grupos de la CTA de los Trabajadores, Amsafé, Coad, La Toma, centros de estudiantes, el Frente de Izquierda, entre otros; una murga fundamental, y las pancartas que traducen la bronca con humor popular: "Me sobra mes al final del sueldo", "Macri, careta, pagame la boleta", "El que depositó manteca recibirá lingotes", "El tarifazo no es un error, es un proyecto político", "Basta de ajuste", "Macri = hambre", fueron algunas de las consignas.

La columna avanzó por un bulevar Oroño de balcones indiferentes al bullicioso reclamo. Sólo los automovilistas que frenaban al paso de la marcha accedían a plegarse al ruidazo con sus bocinas.

Aquella caravana inicial se había multiplicado al llegar frente a la sede local de Gobernación. Muchos se sumaron por el camino o esperaron en la plaza con algún trasto de cocina como tambor batiente, con ese timbre sonoro que en la historia nacional quedó anclado en el sonido de diciembre de 2001.

"Cada vez que se hace un acto de este tipo viene cada vez más gente, se suman muchos jóvenes, ciudadanos de a pie, hay una gran representatividad porque la sociedad hoy es una olla en ebullición", reflexionó Juan Milito, del Centro Unión Almaceneros. "Es un claro mensaje al gobierno nacional y también al provincial de que deben rectificar el rumbo porque perjudican a los sectores de menores recursos, pymes, jubilados. El gobierno tiene una soberbia y no retrocede, pero hay un pueblo que se está organizando de otra manera y esto hará que en algún momento tengan que replantearse en lo económico y político".

Ayer la Secretaría de Energía y la EPE avisó que mantiene aún el aumento del servicio eléctrico porque no ha sido notificado formalmente del fallo de la jueza de San Martín, Martina Forns. Pero en simultáneo con el Ruidazo, la misma magistrada descolocó la advertencia de la Casa Gris. Por FM Sí 98.9 aclaró: "La comunicación se le hace al Ministerio de Energía de la Nación que es quien dictó las resoluciones. Entiendo que en la cadena de distribución y prestadores también hay concesionarias provinciales que obviamente, si no les aumentan, no sé en condición de qué van a aumentar".

En consonancia, Milito y también el dirigente de Apyme Rosario Juan José Sisca fueron concluyentes: "Proponemos en estos días que la gente no pague la factura porque el fallo de la jueza Forns está firme, y es la propia jueza la que dice que no hay que pagar".

La diputada provincial Silvia Augsburger atribuyó los fallos contrarios que el tarifazo cosecha en la Justicia a "la movilización social: y es que no se puede aumentar la tarifa de ningún servicio público sin audiencia pública previa".

Fuera del núcleo más ardoroso de la protesta, una muchedumbre participó del Ruidazo bajo los plátanos y sobre las baldosas y el césped mustio de la plaza San Martín. Dos señoras amigas miraban la escena a distancia y golpeaban una tapa de un hervidor de aluminio y una caja puneña de souvenir, respectivamente. "No vinimos con ningún partido ni nada, por las nuestras nomás. Es que primero me preocupó (la apertura de) la importación, luego los problemas de empleo, y ahora las tarifas. Se nota que estamos mal, soy kiosquera y vendo cada vez menos: hoy, 4 revistas nomás", dijo una.

Otra mujer, bien trajeada como su marido, también se declaró independiente y aceptó: "No lo votamos a Macri, pero tampoco pensamos que iba a ser tan brutal este ajuste. Nos lleva a los '90". Más allá, una familia se reunió desde el centro y desde zona sur en el Ruidazo, y tres de sus mujeres dijeron: "Estamos azoradas porque es la misma gente de los '90, porque Macri es un títere y gobierna por decreto y para las empresas, nos espanta lo de Hebe de Bonafini hoy, nos repugna que haya gerentes en el gobierno, que nos quieran hacer trabajar por dos mangos".

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La caravana inicial se multiplicó al llegar frente a la sede local de Gobernación.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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