Viernes, 7 de mayo de 2010 | Hoy
RECOMENDADO
Por Pacha Brandolino
El Cubo viene dando agradables sorpresas. Este es holgadamente el caso de Surménage à Trois de Proyecto Dos, la agrupación de teatro y danza dirigida por Alejandro Ibarra y conformada por 9 actores-bailarines, que propone un nuevo espacio creativo para coreógrafos y directores invitados. En esta ocasión, tres miniaturas.
Vinilo, de Gustavo Wons. Un devaneo nostálgico de un personaje anteojudo y torpe que extrae de una valija unos vinilos y que le vale el susto de seis fantasmas encantadores salidos de Rip Kirby, quienes lo hacen pasear por el deseo de las chicas preciosas, por el riesgo de pelearse con los muchachos por el favor de ellas y lo dejan sólo con la voz del queridísimo Louis Armstrong cuando el entusiasmo y los aires de Broadway lo habían transformado en un irresistible y carismático muchacho. Interesante comprobar que para ello no necesitó pasar por el amor femenino: es casi un homenaje al hombre que se dibujó a sí mismo. Es casi una salida del closet.
3 Episodios insistenciales 3, de Karina K. El que podría ser un archiconocido (y hasta aburrido) ejercicio teatral de semejanza con los chimpancés, en las pieles de estos muchachos y chicas se trueca en una desopilante parodia. Avanzan desde la platea haciendo gala de un estado de entrenamiento atlético con el andar de nuestros primos hermanos en el ADN. Revueltas, sustos y disparadas mediante, se van los monos y aparece una pareja de científicos que despliega un texto no menos desopilante acerca de la condición humana... perdón, antropoide. Nótese el gesto: a la vanguardia de las artes performativas siglo XXI, en que Xavier Le Roy ha pasado por la Argentina y nos ha dejado su Product of Circumstances en noviembre pasado, o el texto científico transportado al escenario de la danza. Para terminar, los simpáticos monos reaparecen convertidos en bailarines para reponer una versión electrónica, casi tan oscura como si la hubiera hecho Depeche Mode del pas de quatre de Swan Lake. O también podemos pensar en un divertido homenaje a Matthew Bourne y su travestido Lago, por qué no...
Urbanópolis, de Alejandro Ibarra. Ingeniosa sucesión de escenas urbanas. El que lee el diario de reojo en el subte, el que apoya a la chica sexy con cara de perro que volcó la olla, el cura que pide indicaciones para llegar a su destino mientras relojea morbosamente a quien lo auxilió... que, claro, es un chico. Todas las escenas parten de un único paisaje en el que todos estos Pierrots y Colombinas ultramodernos se están apuntando mutuamente o a sí mismos con armas de fuego... Y vuelvo sobre el erotismo: así, como quien no quiere la cosa, los chicos y las chicas se besan profunda y explícitamente. Un precioso componente queer de la urbe explicitado con toda frescura. Todos los performers están entrenados en disciplinas polifuncionales y variadas. Son increíblemente musicales, muy prolijos y no le esquivan el bulto a ninguno de los riesgos de la velocidad y la adrenalina. Todo lo cual le da a este trabajo una característica muy curiosa: son tres piezas de danza-teatro, construidas en la muy accesible clave del swing, el boogie-boogie y el mambo.
Domingos a las 17. Localidades: $ 30 y $ 40.
Duración total: 70 minutos.
Teatro El Cubo, Pje. Zelaya 3053 Tel.: 4963-2568.
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