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Jueves, 24 de diciembre de 2015

PREDICCIONES 2016

Estrellitas mías

Crea o no crea en los astros, ellos están allí. Se aparecen en el cielo pero sobre todo en los infinitos horóscopos que se multiplican en este momento del año. ¿Cuántas veces hubo que leer entre líneas o directamente traducir un discurso astrológico que avizora el futuro pero no ve la realidad diversa? SOY entrevista al dramaturgo y astrólogo Gael Pelicano Rossi para saber cómo será el año para las mostras.

Mostra de mil armas mostrar, con todos sus signos en rotación, el dramaturgo, astrólogo, actor y director Gael Policano Rossi creció en la Patagonia y recaló en Buenos Aires ni bien pudo. “Fui gay desde que nací y en el horóscopo chino soy conejo. Me acuerdo que siempre en los libros de Ludovica detectaba señales de mi orientación sexual, aunque yo la tuviese muy clara desde el vamos”. Con 27 años, poemarios propios y puestas en escena por doquier en su haber, la más interplanetaria de todas las estrellas queer nacidas en democracia avanza en un personalísimo método de lectura: en sus consultas personales, en su ciclo de radio, en las columnas para otros medios y en sus perfiles digitales, Gael postula una reeducación astral. Desarma la entrada tradicional de Aries a Piscis e invierte horas en dilucidar parte de lo que el sistema solar nos quiere decir.

Tu nickname profesional se inscribe en una ya marcada tradición, porque decirse y sentirse “mostra” –al igual que un mítico dúo de música electrónica, Mostrance, un ciclo de fiestas, Mostrafest y varias páginas de internet– es contar con cierta autoridad…

–AstroMostra es una postura, no me siento identificado pero quedó. Es una actitud, ante lo astro y ante las mostras.

¿Y cómo empezó?

–Un domingo de 2012, me sentía mal, por amor, y salí al aire como oyente en el programa de radio Villa Cariño que hacía en la web Señorita Bimbo. A la semana siguiente, me llaman para hacer predicciones en ese ciclo e invento la idea de “fechas para ponerla” según la carta natal. Era una joda. En un momento, un oyente dice que soy una mostra, porque no puedo hablar así ni decir las cosas que digo. En fin, una mostra más mostra que yo. Pero me quedó el nombre AstroMostra. En el 2013, entonces, empecé con el horóscopo de los lunes en FM Nacional Rock, también con Bimbo. Ahí me empezó a ayudar Martín Wollman, con quien desde 2014 hacemos un programa de radio propio, al que se sumó Emiliano Figueredo, un actor al que admiro mucho. ¡Qué mostra Emiliano! También, da la casualidad que cursé en la cátedra de Daniel Link en la Facultad Filosofía y Letras en 2008 y ese año el eje eran los monstruos en la sexualidad en la literatura, justamente.

¿Por qué en general el discurso astrológico invoca sólo a las mujeres?

–Es así desde 1929, cuando el astrólogo británico Alan Leo inventa el horóscopo, en un pésimo momento económico personal. Es a partir de él, que sólo podía conocer fechas de nacimiento, que surge esto de que a ciertas fechas y signos del zodíaco, corresponden determinadas características generales, con publicaciones semanales en base a predicciones mensuales, usando la lógica de la revista en la que publicaba. Así la astrología se inserta en los medios de comunicación masiva y Alan Leo se hace rico. Pasan los años y ocurre por ejemplo que 5 amigas que son de Virgo no se sienten parecidas ni viven el mismo tránsito. Entonces se pone en evidencia que el problema del invento de Alan Leo es la generalización y la divulgación, que generaron vulgarización. Hay una tendencia a la síntesis que no le va a alcanzar a muchxs: cada biografía de una carta natal tiene por lo menos 31 elementos, todos distintos. Después, en la década del 50, cuando el horóscopo estaba ya muy instalado, Roland Barthes publica en el diario Le Monde el texto “Horóscopo”, que está en el libro Mitologías. Ahí Barthes analiza el horóscopo de la revista ELLE y descubre que antes que predicciones, hay sobre todo una línea editorial. La referencia a “Ellas”, a diferencia de Alan Leo que usaba un idioma más genérico y muy básico hasta los años 40. “Si sos de Tauro, cuídate de tu jefe. A las de Gémenis les llegará el amor” decía ELLE. Es decir, hay siempre muchas capas anteriores al saber astrológico real. Predecir es sólo una propiedad del lenguaje.

¿Y por qué el saber astrológico fue históricamente cuestionado por las ciencias duras?

–Ese cuestionamiento surge con el integrismo, entre los siglos XV y XVI en Francia. Los monjes católicos que estudiaban trigonometría practicaban con la rueda zodiacal de 360 grados. Hay discursos de monjes en latín que comparan a la virgen con la Luna y a los astros con los ángeles. Luego, en 1566, queda prohibida la práctica astrológica en las universidades porque es la otra ciencia la que tiene que arrobarse la capacidad de predecir y otorgar leyes lógicas, universales e inmutables, y la astrología es un pensamiento metafórico-analógico que está más cerca de la poesía y del aforismo que de la ciencia dura. Pero no olvidemos que astronomía y astrología eran sinónimos hasta el siglo XV. Por ejemplo, en el siglo I Tolomeo, el padre de la astronomía, publica Tetrabiblos, que es un libro esotérico-astrológico. Lo que pasa es que la hija, la astronomía, se empieza a reír de la madre y a hacer sus propias mediciones. Es el momento de formación del establishment científico europeo pero paradójicamente, durante el Renacimiento, los astrólogos, que pasan a ser protestantes, viven un boom que aparece en toda la obra de Shakespeare e incluso en prácticas medicinales documentadas.

La diversidad sexual siempre estuvo omitida, o tímidamente presupuesta...

–En los años setenta en Estados Unidos, en los comienzos de lo que se conocerá como “New Age” surge un grupo de astrólogos muy poderoso que, para diferenciarse de Alan Leo, va a ir hacia una astrología más psicológica, enfocada en la carta natal. Es el grupo del maestro Robert Hang y Linda Goodman, Liz Greene y Howard Sasportas. Ellos se van a amparar en la carta natal para diferenciarse del horóscopo generalizador del diario. No hay que olvidar que es en el Medioevo que la astrología avanza hacia una definición central: la de Venus y Marte como principios femeninos y masculinos respectivamente. De ahí en más, cuando alguien tiene prevalencia de uno de ellos dos, ese dato es leído, en ese contexto socio-histórico, como “desviación homosexual”, vale decir, como defecto de la carta natal. Por eso hay que ir desarmando la astrología, ir viendo por qué la diversidad sexual fue señalada y borrada desde sus comienzos. ¿Qué quiere decir principio masculino y principio femenino exactamente?

Emprender esa deconstrucción no parece muy “comercial”…

–No, pero como todo en la astrología, depende de quién lee. Depende de la interpretación. Nunca se trata del planeta sino de quién lo interpreta.

La ausencia de referencias a la diversidad es notable también si consideramos que muchos astrólogos hombres, por ejemplo, aparecen como estereotipos de la mariconería, como el mexicano Walter Mercado…

–Yo lo veo al revés. Yo tiendo a creer que es el medio el que no visibiliza al gay y él logra infiltrarse igual, con su trava adentro y todo. Mete a la drag queen y le hace trampa al medio de comunicación, que a su vez deja entrar al maricón para que diga lo que tiene para decir, desde un ángulo que no es serio sino ridículo. Ojo, a mí me parece genial que no sea serio porque la seriedad me parece una idiotez.

El confesor de la mina…

–El flamboyant-queer-friend de las minas. El famoso amigo colorido. La marica divertida. Por eso para mí es más novedoso Joe Fernández, que es el chongo astrólogo. Esa sí que no la viste nunca. Casi un chongo futbolero, astrólogo y Don Juan. Hoy me parece queer eso en la astrología: Joe Fernández hace predicciones futbolísticas y acierta. Es como decir: “Era obvio que te necesitábamos”. La heterosexualidad en la astrología, a ese nivel, es margen, porque sirve para atraer nuevas miradas, aunque publica libros para el verano, ilegibles.

Ludovica introdujo masivamente en la Argentina el horóscopo chino y El Brujito Maya, el maya. En ambos discursos también está ausente la diversidad sexual…

–Porque la astrología siempre trabaja con una estandarización que no nos contiene…

Mucho menos nos contiene Horangel…

–No, por eso. Lo diverso reside en el ojo que mira y en el ojo de quien lee y decodifica el apotegma. La astrología es ambigua, pero no por eso menos significativa.

Antes de entrar en tus consideraciones generales de 2016, ¿cómo está aspectado Mauricio Macri?

–Mauricio Macri es de Acuario, posiblemente con ascendente en Géminis. Al respecto, quiero señalar que en el Congreso Anual de Astrología Global que dictó Alfonso Gerez, él analizó la carta natal de Macri e identificó que el día de su asunción presidencial, Neptuno estaba en la cúspide del ascendente. Por lo tanto, las apariencias van a ser vitales en este gobierno para que todo parezca “normal”. El rol de las mujeres y el del clero también. Pero Neptuno en el ascendente de Macri habla de constantes anormalidades en relación a eso. Ojo. Esa ambivalencia astrológica determina todo nuestro año.

Año del bicentenario de la declaración de la independencia argentina también…

–Uh, la declaración de la independencia argentina estuvo pésimamente aspectada. Se firma el acta el 9 de julio de 1816 y se firma bajo Mercurio retrógrado. El acta se pierde y es robada. Todo lo que se firma en Mercurio retrógrado está mal. De hecho, hubo que rehacerla y sumarle luego un texto sobre la emancipación.

O sea, 200 años de un problema interpretativo…

–Sí, y a mí me queda muy claro ahora en relación a la deuda externa y a todo el panorama económico. La independencia sigue siendo un horizonte a conquistar.

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