La visita al Castillo San Carlos es una cita con la leyenda si uno visita Concordia. Fue construido entre 1886 y 1888 para el francés Edouard Demachy, con su mujer y un hijo. Cuentan que era hijo de un banquero de Lyon, y que el lugar –que tenía embarcadero propio– contaba con novedades en cuanto a infraestructura como calefacción central con un sistema de hogares de mármol y agua corriente, además de iluminación a gas. De dos plantas y construido con piedras, la historia se mezcla con leyenda hasta que Demachy abandona el país hacia 1892 y nunca más se sabe de él. Más tarde se instala la familia Fuchs, con sus dos niñas, Edda y Suzanne, de 9 y 14 años. Y aquí comienza otra historia. Es la que cuenta que en uno de sus vuelos para la Aéropostale, Antoine de Saint-Exupéry sufrió un desperfecto en la nave y aterrizó de emergencia en un campo donde rompió una de las ruedas de su avión al pasar sobre una vizcachera. En los días que debió quedarse para arreglar la máquina se hospedó en el lugar y entabló amistad con la familia, en especial con las niñas. De allí que las descripciones en el capítulo “Oasis” de Tierra de Hombres –donde habla de la desolación en el desierto o en el monte– la referencia al avión roto y la inesperada aparición de una vocecita infantile sugieran que fue aquí donde se inspiró para sus obras. El autor de El Principito es desde entonces el eje romántico del relato que todos cuentan de este lugar, pero en especial si se visita con la guía de sitio Verónica Vázquez se sentirá que entre los muros de las ruinas es posible casi toparse con algún familiar de quien cobijó a tan especial aviador años atrás. En uno de los ambientes de esta casona hay una sala de interpretación con fotos históricas de la familia y del castillo antes de su incendio en 1938. Los Fuchs ya no habitaban este lugar. Pero la más pequeña de las niñas, Edda, quien falleció a mediados de los ‘70, es también parte de los relatos porque muchos la conocían. De boca en boca y con las cartas, se puede hoy sentir la historia entre los muros de las ruinas de San Carlos. De culto.