El trabajador, que llegó hasta el lugar acompañado de su familia, revisó su casillero para retirar sus objetos personales e indicó que cree que volverá a trabajar en la minería, informó la agencia DPA.

"Es mi profesión, tengo que buscar trabajo y seguir en lo mismo (...) Uno que es minero extraña hasta la hediondez del explosivo. Es mi profesión, creo que seguiré en esto, no sé hasta cuando", señaló.

Sobre los días de encierro, Henríquez contó que cuando sus compañeros supieron que era cristiano le dieron la labor de apoyarlos espiritualmente, por lo que fue señalado como el pastor religioso durante el encierro.

Luego de la visita, el minero señaló a la prensa la intención de tomarse unas vacaciones en su ciudad natal en el sur de Chile, Talca, para compartir con su familia un tiempo antes de volver a buscar trabajo.

"Quiero recuperar mi vida normal con mi familia (...) quiero descansar unos meses con ellos", sostuvo.

El hermano de José Henríquez, Gastón, acompañó al minero con la intención de cerrar un ciclo que comenzó con el derrumbe del pasado 5 de agosto, lo que se mezcla con la nostalgia de abandonar el campamento que los acogió durante 70 días.

"Son sentimientos de nostalgia, el proceso que vivimos acá desde la angustia a la alegría. Es un momento muy fuerte, muy emotivo, después de todo lo que vivimos", dijo Gastón a radio Cooperativa.

A pesar de que la intendenta de Atacama, Ximena Matas, descartó una ceremonia en la que los mineros volvieran a la mina, varios familiares informaron que mañana se realizará una misa de agradecimiento por el inédito rescate que fue seguido en todo el mundo.