Cuando las fuerzas del ex general serbio Ratko Mladic, quien está siendo juzgado por genocidio por el Tribunal Internacional de La Haya tras su extradición de Belgrado, penetraron en Srebrenica, los Cascos Azules holandeses, bajo el mando del general Ton Karremans, no hicieron nada para impedir la masacre.

Una foto publicada en 1995 por el periódico holandés De Volkskrant, en la que se ve a Mladic y a Karremans charlando amistosamente y brindando con una copa en la mano, fue considerada como una muestra de la "complicidad" holandesa.

Los familiares de las víctimas afirman que se trata de un dictamen histórico, aunque sea recusable, y de una victoria política y moral para los que reclaman desde unos 15 años la responsabilidad de Holanda en la masacre.

Las tropas holandesas "tendrían que haber imaginado que los soldados bajo mando de Mladic tenían pensado asesinar a los varones" bosniomusulmanes, argumentó la Corte holandesa de La Haya en su sentencia. "El batallón holandés fue testigo de que los musulmanes (de Srebrenica) eran maltratados y asesinados" por las tropas serbias, agregó.

La primera reacción fue la de Liesbeth Zegveld, abogada de las familias de varias víctimas de esa masacre, que lleva años batallando para que el estado holandés asumiera al menos una parte de responsabilidad en lo ocurrido. "Estoy muy, muy contenta. Me reconforta saber que este tipo de procedimientos son posibles, es una victoria moral", comentó.