El gobernador calificó que las denuncias por tareas de espionaje sobre la presidenta Cristina Kirchner son "operaciones políticas" y sostuvo: "No nos afectan. Algunos suponen que las cuestiones en Santa Cruz se resuelven tomando café a 3 mil kilómetros de distancia". Además, apuntó contra "algunos sectores que buscan la desestabilización".

Ayer, la Secretaría de Seguridad de la Nación que encabeza Sergio Berni calificó de "falaces" los dichos de la ministra de gobierno santacruceña, Paola Knoop, quien descartó que la policía provincial realice "tareas de inteligencia" sobre la jefa del Estado como había sido denunciado.

Las versiones indicaban que la policía santacruceña realizaba tareas de espionaje sobre la jefa de Estado, pero el gobierno de Peralta rechazó que efectivos "vestidos de civil" hayan realizado esas actividades.

Peralta aseguró que "desde 2003 siempre se hizo tarea de apoyo. Siempre se comunican con el jefe de operaciones de la policía provincial, nos hacemos cargo del alojamiento de los custodios de la presidencia y hasta de la Secretaría de Inteligencia se comunican con nosotros". Y subrayó: "Soy parte de este modelo, fui siempre porque soy peronista".

Por último, aseguró que "está garantizada la gobernabilidad" con su presencia en la Casa de Gobierno y criticó a La Cámpora porque "son parte del Frente para la Victoria, pero está claro que no militamos en el mismo espacio".

Peralta se alejó del kirchnerismo apenas asumió su último mandato en diciembre pasado. Su intento de imponer un ajuste en las jubilaciones concluyó con movilizaciones de empleados públicos y docentes, además de la renuncia de todos los funcionarios integrantes de la agrupación kirchnerista La Cámpora, quienes no avalaron su plan. A Peralta le atribuyen el desmanejo de las arcas provinciales que llevó a Santa Cruz a la crisis financiera en la que se encuentra.