22:57 › RíO DE JANEIRO

Otro día con multitudes para Bergoglio

El papa Francisco encabezó en Copacabana un Vía Crucis ante cientos de miles de personas, como todas sus anteriores actividades en Brasil. Más temprano rezó el Angelus y emitió una oración en memoria de los ocho niños y adolescentes asesinados hace 20 años por la policía delante de la iglesia Candelaria, una de las más importantes de Río.

Al rezar el Angelus este mediodía, el papa Francisco volvió a destacar el valor del testimonio de los ancianos para la sociedad y remarcó la importancia del "diálogo intergeneracional" entre los niños y jóvenes con sus abuelos. Puntualmente a las 12, el papa salió al balcón del palacio arzobispal de San Joaquín y recibió una nueva ovación de miles de fieles que se habían congregado en sus alrededores para seguir el rezo de la tradicional oración.

Con su mensaje, Francisco se refirió nuevamente a los dos extremos de la vida -los niños y los ancianos-, aprovechando que la iglesia celebra hoy el Día de los Abuelos, por la festividad de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús. "Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de la vida", dijo Bergoglio citando el documento de Aparecida.

En el quinto día de su visita a Río de Janeiro, el papa Francisco también confesó hoy a cinco jóvenes participantes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la Quinta da Boa Vista, donde funciona una feria vocacional. Francisco llegó a bordo de un automóvil gris y se dirigió al espacio dentro del predio, acondicionado con 50 confesionarios blancos diseñados especialmente para la jornada, y allí escuchó la confesión de tres brasileños, un venezolano y un italiano -tres hombres y dos mujeres-, elegidos por sorteo.

Luego, Francisco rezó hoy Padre Nuestro en memoria de la llamada "masacre de la Candelaria", la matanza perpetrada por un grupo de exterminio formado por policías que está considerada hasta hoy como uno de los crímenes más brutales de la historia reciente de Brasil. Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, la oración cerró el "emotivo" encuentro del pontífice con ocho adolescentes detenidos por actos de delincuencia, que le regalaron una cruz y un "gran rosario", cuyas cuentas traían los nombres de los niños y adolescentes asesinados mientras dormían.

"El papa se tomó el rosario y rezó con los jóvenes, diciendo (en portugués) 'Nunca mais violencia, só amor (Nunca más violencia, sólo amor) y 'Candelaria nunca mais' (Candelaria nunca más). Después, rezó un Padre Nuestro con los muchachos por todos los jóvenes víctimas de violencia. El crimen frente a la iglesia de la Candelaria ocurrió en los primeros minutos de la madrugada del 23 de julio de 1993, cuando los policías secuestraron a unos 50 niños y adolescentes que dormían en la calle delante de la conocida iglesia y dieron muerte a ocho de ellos.

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