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Perú formalizó hoy su demanda por miles de kilómetros cuadrados sobre el océano Pacífico, con lo que abrió un proceso que, se descuenta, será largo, y que desconoce los tratados de 1952 y 1954.

Para Chile no hay discusión posible sobre la frontera marítima precisamente porque está fijada en esos convenios, pero para Lima aquellos textos representan apenas tratados pesqueros.

"He procedido hoy a entregar al secretario de la Corte el documento que solicita al tribunal internacional definir el límite marítimo entre Perú y Chile", explicó el ex canciller Allan Wagner, jefe de la misión peruana, en declaraciones formuladas por teléfono a Radioprogramas, de Perú, desde los Países Bajos.

Por otra parte, el presidente peruano, Alan García, explicó que su país pretende una solución "justa y equitativa" en la controversia y que hizo la presentación en "aras de la transparencia" entre ambos países.

En un discurso pronunciado ante el Congreso nacional, García detalló que Lima fue a La Haya "con firmeza, serenidad y sin estridencia".

En la primera reacción del lado chileno, el canciller Alejandro Foxley dijo hoy en Santiago que su país "lamenta profundamente" el paso que dio Perú, pero que, no obstante, espera que "las relaciones continúen por la senda de la cooperación y del entendimiento".

Foxley, quien agradeció el apoyo unánime de actores políticos, sociales y empresariales, criticó nuevamente la decisión peruana, que ignora "tratados vigentes entre ambos países y desconoce la práctica aplicada por décadas".

Tras la presentación, corresponde ahora que Chile nombre a su representante ante la Corte, que a su vez llamará a los agentes de ambos países para definir los procedimientos del proceso.

El conflicto que hoy llegó a La Haya surgió porque Perú considera que no están definidos los límites marítimos con Chile, tras la Guerra del Pacífico de 1879-83, en la que también participó Bolivia.

Chile, vencedor en ese conflicto, dice que sí lo están, por acuerdos suscriptos en 1952 y 1954, que para Lima sólo son pactos pesqueros.

Como paso previo, Perú publicó el año pasado un mapa oficial del sur de su territorio, en el que estableció una línea perpendicular que se adentra en los territorios que Chile reclama como suyos.

Inicialmente, Perú planteó que la frontera debía definirse con una línea equidistante, a diferencia de la que Chile dice que rige y que sigue el paralelo. Esa opción suponía ampliar el dominio marítimo peruano en 35.000 kilómetros cuadrados.

La línea aprobada en el mapa peruano de 2007 extiende esa área de controversia a 61.600 kilómetros cuadrados de mar territorial chileno, a los que se suman 27.700 kilómetros de alta mar.

En rigor, la diferencia arranca porque Perú considera que el denominado "Punto de la Concordia" identifica los límites terrestres y no la frontera marítima, mientras Chile señala el llamado Hito 1 como el límite territorial y no la Línea de la Concordia.

En sus declaraciones, Foxley sostuvo que su país verificará su "pleno respeto a la Corte Internacional de Justicia", lo que puede considerarse un reconocimiento a esa instancia, aunque en un primer momento Santiago había adelantado que negaría la competencia de ese tribunal para un tema "zanjado".

La acción diplomática tendrá sin duda consencuencias en las relaciones de la región, no sólo por cómo pueden continuar los vínculos bilaterales, sino también por los efectos sobre Bolivia, que perdió su salida al mar en aquella Guerra del Pacífico y negocia ahora con Santiago cómo recuperarla.

Aun así, para no pocos analistas el litigio también abre la opción de despejar diferencias y proyectar a largo plazo la relación de dos países que también pretenden una estrategia de ingreso común al sudeste asiático, como miembros del llamado Arco del Pacífico latinoamericano.

Fuente: Télam