UNIVERSIDAD

Cada vez menos profesores para atender a cada vez más alumnos

Los nuevos datos oficiales muestran que en una década aumentó un 89 por ciento el número de alumnos. El de docentes, un 35.

 Por Javier Lorca

La cantidad de estudiantes universitarios en la Argentina prácticamente se duplicó en la última década. Y casi al mismo ritmo aumentó también el número de graduados. Pero la cantidad de docentes siguió de lejos a esa expansión: en las universidades públicas apenas aumentó un 35 por ciento, frente al 89 por ciento de incremento registrado entre los alumnos. Sin contar que el mayor crecimiento absoluto de cargos docentes continuó concentrándose en las dedicaciones simples, es decir, en las de quienes dedican menos tiempo a la enseñanza. “Al haber menos disponibilidad presupuestaria, no se pueden crear los nuevos cargos que se necesitarían para atender a los estudiantes”, explicó a Página/12 el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Luis Fernández.
Los nuevos datos surgen del Anuario de Estadísticas Universitarias 1999-2003 que el Ministerio de Educación publicará la semana próxima y ya está disponible en la web (www.me.gov.ar/spu). El anuario, que no se realizaba desde el ’98, se confeccionó con la información remitida por las cien universidades públicas y privadas que funcionan en el país. Su detallado análisis de la matrícula estudiantil (ver aparte) y de la planta docente permite constatar la creciente brecha que está abriéndose entre ambas poblaciones.
En todo el sistema universitario, hoy estudian 1.493.556 alumnos (los últimos datos son de 2003). La amplia mayoría lo hace en universidades públicas: son 1.278.284 estudiantes. Según los datos oficiales, diez años antes, en 1993, las casas de estudios públicas albergaban a 674.868 alumnos, por lo que en este lapso la matrícula estudiantil creció un 89 por ciento.
Simultáneamente, los cargos docentes pasaron de ser 96.576 en 1994 (no hay datos oficiales previos) a sumar ahora 130.747. Así, el incremento docente fue solamente del 35 por ciento. En otras palabras, las universidades nacionales recurrieron a 34 mil nuevos cargos docentes para formar a los más de 600 mil nuevos estudiantes.
Se obtendría una relación más preocupante todavía si se excluyeran del cálculo a los docentes contratados y a los que se desempeñan en las escuelas dependientes de universidades. En ese caso, la cantidad total de docentes baja hasta 111.104 cargos.
“La falta de docentes es directamente proporcional al no incremento de fondos –agregó Fernández, titular del CIN–. No tengo dudas de que la calidad ha disminuido en las universidades. En las carreras técnicas, por ejemplo, antes hacíamos dos trabajos prácticos por semana. Ahora hacemos uno, porque tenemos que dividir a la clase en dos, si no, no alcanzan los docentes ni los laboratorios.”
Podría argumentarse que las universidades suplieron la falta de profesores con la mejora de su calidad. Pero la evolución de las dedicaciones docentes complica esa conclusión. En 1994, los profesores con dedicación exclusiva (cuarenta horas semanales de enseñanza e investigación) eran el 12,1 por ciento, los que tenían semiexclusivas (veinte horas) eran el 21,5 por ciento y los docentes simples (diez horas, no incluye investigación) eran el 66,3 por ciento. Una década después, esos porcentajes han variado sólo un poco. Hay un punto porcentual más de exclusivos (13,1) y uno menos de semiexclusivos (20,9). Los simples siguen siendo amplia mayoría (son 71.767, el 61,9 por ciento) y ahora se registran categorías antes omitidas (bedeles, consultos, honorarios, entre otros, suman el 4,1 por ciento).
Sexo docente
En otro orden, el relevamiento confirmó que, en la actualidad, los hombres docentes continúan sumando más que las mujeres: 52 versus 48 por ciento. Pese al parejo promedio general, la situación cambia mucho en algunas instituciones. Por ejemplo, la mayoría masculina es muy superior a la media en la Universidad de Quilmes (llega al 73,4 por ciento). Y es casi tan alta en la Universidad Tecnológica Nacional (73,1), aunque allí sería más explicable por el imaginario asociado a la figura del ingeniero. También hay predominio de docentes varones en las universidades de General San Martín (66,2 por ciento), Lanús (65,2) y Lomas de Zamora (64,2). En contraste, son más las docentes mujeres en General Sarmiento (61,2 por ciento) y la Patagonia Austral (56,9).
Un dato no menor es que, en el conjunto del sistema, a medida que baja la dedicación aumenta el número de mujeres. Ellas son el 54 por ciento de los docentes con dedicaciones simples. En ese sentido, un caso llamativo es del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Pese al equilibrado promedio general entre uno y otro sexo, se acentúa la mayoría de hombres en las dedicaciones más altas: los varones tienen el 72,7 por ciento de las exclusivas. Eso mismo ocurre en otras casas de estudios, con la salvedad de que en ellas ya es mayor la cantidad de docentes hombres en cualquier dedicación. Igual, el desequilibrio aumenta en las dedicaciones superiores: los hombres exclusivos son el 78,6 por ciento en la UTN, el 75,9 en Quilmes y el 70,7 en San Martín.

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