Vive en Nueva York. Nació en Buenos Aires. Si dos puntos pudieran, en este caso, definir una línea, tal vez alcanzara con ir desde sus inicios como cantante en el Coro de Niños del Colón a su graduación con honores con un Master en Jazz e Improvisación del New England Conservatory de Boston. O de la carrera de canto del Conservatorio Nacional a la Gran Manzana. Pero ninguno de esos datos, por sí solo, daría cuenta del talento de Sofía Rei, de su originalidad potente ni de la naturalidad con que en su música se integran tradición y vanguardia.  

Alabada por The New York Times, compañera de ruta en algunas de las aventuras de John Zorn y afortunadamente inclasificable, está en Buenos Aires como Sofía Rei, la voz de la vanguardia latinoamericana, como artista en residencia de la Usina del Arte y el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC), donde se encuentra realizando conciertos y clases magistrales hasta el 1º de octubre. El raid comenzó el miércoles pasado con un taller de improvisación vocal en el Microcine de la Usina del Arte. Ayer, en el CETC, presentó su material discográfico más reciente: El Gavilán, un tributo a Violeta Parra, junto con el multiinstrumentista tucumano Manu Sija y el compositor, guitarrista, tecladista, cantante y productor Jean–Christophe Maillard. Hoy a las 20, en la misma sala, estrenará junto a Maillard Masada Book 3, un proyecto comisionado por John Zorn. Mañana, en el mismo horario y en la Sala de Cámara de la Usina del Arte, Rei presentará el espectáculo Coplas Escondidas junto a Jorge Roeder, uno de los contrabajistas más activos de la escena del jazz neoyorkino y con quien tocan juntos hace más de catorce años. El dúo revisita composiciones poco conocidas de músicos de todo el continente americano, como Ica Novo, Nicomedes Santa Cruz, Noel Rosa, Pixinguinha y Monk. Y el domingo, en el Auditorio de la Usina,  interpretará el material de Umbral, su proyecto más actual, junto con el cuarteto que integran Maillard, Roeder y Mantilla y donde explora lugares de la creación que surgen casi exclusivamente de su voz, a partir de loops y conectando la música sudamericana, la electrónica, el pop contemporáneo y la improvisación.