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Por Justin Huggler *
Desde Bagdad

El líder espiritual de la mayoría chiíta de Irak exigió que se garantizara la celebración de elecciones directas antes de fin de año, oponiéndose, de esta manera, al deseo de los Estados Unidos de demorarlas. El ayatola Ali al-Sistani dijo que solamente aceptaría el gobierno interino no elegido democráticamente al cual los Estados Unidos tiene planeado entregarle el poder el 30 de junio si la ONU garantiza elecciones directas.
El anuncio por escrito del ayatola Sistani fue visto como una salida a la impasse después de que repudiara los planes norteamericanos de entregar el poder a un gobierno no elegido. Pero enmascara el resentimiento que comienza a crecer entre los chiítas iraquíes en torno al tema de los comicios. Paul Bremer, el administrador norteamericano en Irak, dijo que cree que la preparación para las elecciones tomará de 15 a 20 meses. La mayoría chiíta, reprimida por mucho tiempo bajo el régimen de Saddam, creía que su derrocamiento finalmente le daría una oportunidad de poder, y esperaba ganarlo mediante elecciones. Pero, cada vez más, ven que la renuencia norteamericana de celebrar elecciones destruye esta oportunidad.
Estados Unidos dice que la situación de seguridad en Irak hace que la celebración de elecciones sea imposible antes del 30 de junio, la fecha fijada por el presidente George W. Bush –que dice que esa fecha es inmodificable– para entregar el poder a un gobierno interino iraquí. Pero muchos en Irak piensan que los tiempos de Estados Unidos están determinados más por la campaña de reelección del presidente Bush que por las necesidades de Irak: la entrega en junio daría suficiente tiempo para que Irak no fuera un tema de campaña en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre.
El ayatola Sistani condenó los planes norteamericanos de elegir un gobierno mediante caucuses (asambleas) regionales e hizo un llamado para celebrar elecciones directas antes del 30 de junio. Su llamado llevó a que los chiítas se manifestaran en las calles de Irak. Ningún gobierno podría gobernar sin la aprobación del ayatola Sistani: si emitiera una fatwa en contra, los chiítas iraquíes simplemente no lo reconocerían. Sistani se ha retractado de su reclamo por elecciones inmediatas después de que un equipo de la ONU que había sido enviado aquí para encontrar una salida a la impasse informara que era imposible celebrar elecciones antes de junio. Pero el equipo también dijo que sería posible celebrar los comicios antes de fin de año, si las preparaciones intensivas comenzaban desde ahora. El ayatola Sistani se está aferrando a estos dichos.
La oposición del ayatola terminó con el plan de los caucuses, aunque todavía no hay un acuerdo sobre un plan alternativo para elegir un gobierno interino. Mientras, el descontento de los chiítas aumenta de forma peligrosa. Otro ayatola importante reunió a periodistas para advertir sobre una potencial guerra civil si las necesidades de los diferentes grupos iraquíes no se solucionaban.
Ayer murió un policía iraquí y otras siete personas resultaron heridas al estallar un artefacto explosivo en Baba, a 60 kilómetros al noreste de Bagdad. De acuerdo con los informes, la explosión se produjo en el centro de la ciudad, en un lugar donde estaban estacionados numerosos coches de la policía iraquí.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.