EL MUNDO › LA JIHAD ISLAMICA REIVINDICO EL ATAQUE A ISRAEL QUE CAUSO CINCO MUERTOS

La muerte sorprendió en el mercado

 Por Eric Silver*
Desde Jerusalén

Un atacante suicida mató a cinco civiles israelíes e hirió a otros 34 cuando se inmoló al lado de un stand de comidas en un bullicioso mercado en la ciudad norteña de Hadera, a trece kilómetros al oeste de la antigua frontera de la Línea Verde. Los enfermeros de las ambulancias y los voluntarios todavía estaban recogiendo partes de cuerpos dos horas después de la explosión.
Yosef Kahalon, de 27 años, estaba en un automóvil con su hermana justo afuera del mercado. “Escuché un estruendo”, dijo. “Corrí inmediatamente al lugar de la explosión. No sé qué me hizo hacerlo. Vi a un hombre al que la sangre le emanaba de su brazo. Rasgué mi camisa y la até alrededor de la herida para detener la hemorragia. A su lado había un adolescente con esquirlas en la cara, la espalda y los brazos. Los enfermeros lo trasladaron al hospital. Hubo otro hombre al que no pude ayudar. La sangre brotaba de su estómago.”
David Zarihan, un hombre de mediana edad que compra en el mercado todos los miércoles, estaba a cinco metros del puesto. “Vi a un hombre alto, oscuro, bien vestido y recién afeitado”, dijo. “Parecía sospechoso. De pronto explotó. Su cuerpo recibió la mayor parte del impacto mientras cayó sobre mí. Todo se puso negro. Todo lo que podía ver era polvo y hollín.” A los tres minutos, Zarihan estaba camino al hospital Hillel Haffe de Hadera, donde fue tratado por heridas superficiales. “La saqué barata”, dijo, todavía visiblemente aturdido. “Pero estaré de vuelta en el mercado el miércoles que viene.” Yigal Katz, otro paciente en la sala de emergencias, añadió: “Vi tales horrores. Pedazos de carne volaban en todas direcciones. Había una mujer árabe robusta comprando ahí. Creo que debe haber muerto. ¿Por qué tienen que suceder cosas así?”.
En el mercado, en la esquina de las calles Rothschild y Herbert Samuel, los techos de chapa y los tirantes de madera de los puestos de comida y los de sus vecinos estaban destrozados. Verduras y frutas estaban desparramadas en la calle. Trozos de vidrio cubrían el pavimento como tormenta de hielo. Los viejos árboles de eucaliptus fueron arrancados de raíz. La Jihad Islámica se adjudicó el ataque, que se dice fue en venganza por el asesinato a manos de los israelíes de Louay Sa’adi, uno de sus comandantes de Cisjordania, en una batalla de fuego en Tulkarem, el lunes. Las fuentes de inteligencia israelíes dijeron que el terrorista suicida había salido de Qabatiya, cerca de Nablús.
Shaul Nofaz, el ministro de Defensa, prometió que Israel continuaría tratando de capturar a los militantes de la Jihad Islámica y a otros grupos.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Cinco muertos y 34 heridos fue el saldo del ataque suicida de ayer.
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