EL PAíS › DIPUTADOS PREPARA LAS EXTRAORDINARIAS

Cuentas pendientes

A pesar de que las fiestas de fin de año apaciguan los ánimos, en la Cámara de Diputados aún perdura el malhumor que provocó en las autoridades parlamentarias y en el bloque oficialista el faltazo de parte de la tropa propia que dejó caer la última sesión del año. En los primeros días de enero, la presidencia de la Cámara baja dará a conocer en detalle el apego de los legisladores al trabajo, en el que figurará no sólo la asistencia de cada uno de ellos a las sesiones de 2006, sino su participación en el trabajo legislativo. En tanto, la comisión bicameral que analiza los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) volverá a trabajar en enero y durante la segunda semana de febrero habrá sesiones extraordinarias para las que el Gobierno ya definió parte del temario: del cuestionado marco regulatorio de Aysa, la exención impositiva para Arsat y la normalización del PAMI. Pero por ahora quedaría afuera la demorada renegociación de los contratos con Aeropuertos Argentina 2000.

Es decisión de la Cámara dar a conocer el ranking de los legisladores más laboriosos y en modo decreciente –por donde muchos empezarán a ojear la lista– quienes menos contrición al trabajo han demostrado. En la presidencia de la Cámara baja, varios de los empleados están abocados a la elaboración de la lista que se conocerá en los primeros diez días de enero. Allí habrá pase de factura para no pocos diputados del oficialismo y dejaría al desnudo a varias figuras de las distintas bancadas opositoras, en un año electoral donde muchos de ellos buscan renovar mandatos.

Después del fracaso de la última sesión del año, la primera reacción del oficialismo fue volcar las responsabilidades sobre la oposición. Aunque todos buscaban dentro del bloque del Frente para la Victoria las respuestas a la estrategia parlamentaria que los dejó solos en el recinto y sin quórum. Entre más de una docena de kirchneristas que faltaron ese día hay varios cuyos argumentos para justificar su ausencia, pero ninguno termina de convencer a las autoridades del bloque oficialista. “No se pretende una sanción moral ni social. Se trata de mostrar el esfuerzo de muchos”, argumentó ante Página/12 uno de los responsables del armado de la lista.

Las autoridades parlamentarias están empeñadas en imprimirle un selló más dinámico a la actividad legislativa, aunque admiten que no será fácil en un año electoral. Las expectativas no son demasiado optimistas: aspiran a sesionar unas 20 veces en el año, frente a las 55 de 2006. “El cronograma electoral no ayuda. Comienza en marzo (en Entre Ríos) y culmina en octubre”, reconoció a este diario unas de las autoridades en Diputados.

El Gobierno también pretende imponer su propio ritmo a la actividad parlamentaria. Ya tiene decidida la convocatoria a sesiones extraordinarias a partir de la segunda semana de febrero, con tres temas pendientes. Uno de ellos será la sanción del cuestionado marco regulatorio para Aysa, la empresa que provee de agua potable y cloacas a Capital Federal y el Gran Buenos Aires, que fracasó en la última sesión de Diputados.

Los otros serán la exención impositiva para la empresa estatal de soluciones satelitales creada este año para reemplazar, tras la cancelación de la licencia, a la privada Nahuelsat y la varias veces postergada normalización del PAMI. Allí la disputa entre oficialistas es por las dos sillas destinadas a los representantes de los trabajadores en el nuevo directorio. La mayoría considera que ambos deben ser para la CGT, mientras que otros aspiran a que se reparta con la CTA.

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La Cámara de Diputados no logró quórum en la última sesión.
Imagen: Bernardino Avila
 
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