Estaban los tres de traje, tomaron dos cafés cortados, tres vasos de agua y hablaron unos cincuenta minutos. Esa reunión calificada como “estrictamente protocolar” entre el presidente del Banco Central, Martín Redrado, y los senadores radicales Ernesto Sanz y Gerardo Morales colmó la paciencia del oficialismo, que le pidió la renuncia al funcionario por resistirse a crear del Fondo del Bicentenario decretado por la Casa Rosada. Formalmente, los legisladores de la UCR fueron a reclamarle que el Central no utilice las reservas para pagar deuda y explicarle a su presidente los fundamentos del amparo y la medida cautelar que habían presentado más temprano ante la Justicia. En la práctica, le transmitieron al titular de la autoridad monetaria que cuenta con el apoyo de varias fuerzas de la oposición si va a enfrentarse al gobierno nacional.

“Las reservas son de todos los argentinos, no son de ningún gobierno y no están sometidas al capricho de nadie”, sentenció Sanz, el titular del radicalismo, al terminar la reunión. “El Congreso no lo va a dejar en soledad a Redrado”, agregó Morales. En realidad, ni el presidente de la UCR ni el jefe de la bancada en el Senado se imaginaron que su pedido de reunión con el presidente del Banco Central iba a derivar en una polémica semejante. Llegado de su Jujuy natal, Morales aterrizó el martes con la idea de solicitar un encuentro con Redrado para manifestar, una vez más, su rechazo a la creación del Fondo del Bicentenario. El funcionario aceptó recibirlos en su despacho, aun sabiendo que eso incrementaría el malestar en la Casa Rosada.

Precisamente ayer por la mañana al conocerse que se produciría el encuentro, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salió a cuestionar la actitud de Redrado y anunciar que la Presidenta le había aceptado una renuncia que, según dijo, había sido presentada tiempo atrás. En ese momento, el titular del Central llamó a los despachos de Sanz y Morales para avisarles que no tenía pensado renunciar y que la reunión se mantenía en pie. “Lo vimos firme”, relató Morales al salir de las oficinas de Reconquista al 200, luego de escuchar del funcionario decirles que no tiene ninguna causa de remoción. Para Sanz, el Gobierno tiene “un problema de interpretación, porque cree que el Banco Central es de él y que sus presidentes son muñecos a los que se los dirige por control remoto desde la Presidencia”.

El año pasado, el titular del Central debía ir al Congreso con el objetivo de defender su programa monetario para el 2010, pero a diferencia de otras oportunidades no fue. En cambio, mandó el informe por correo electrónico y lo subió a la página del organismo. Desde la UCR analizaron que el oficialismo no quiso que Redrado expusiera en el Parlamento para evitar los cuestionamientos del propio titular del Banco Central y de la oposición. La Carta Orgánica del Central establece que el presidente de la entidad debe presentarse ante la comisión bicameral para defender su programa monetario. Luego del recambio legislativo del 10 de diciembre esa comisión todavía no fue constituida.

Los legisladores radicales conocían la posición de Redrado en contra de la creación del Fondo del Bicentenario, por lo que mayormente se dedicaron a exponer sus propios argumentos. Sanz manifestó que el Congreso debe autorizar una decisión de este tipo y Morales le dio detalles de la medida cautelar y el amparo que recayeron en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal a cargo de María José Sarmiento.

Además de las autoridades radicales, también acompañaron el escrito el jefe del bloque de Diputados, Oscar Aguad, y el diputado Ricardo Gil Lavedra. En el texto aseguran que “el Poder Ejecutivo recurre a un argumento falso para justificar la violación de la ley”. Los radicales pidieron entonces que mediante una medida cautelar la Justicia “suspenda en forma inmediata la vigencia del DNU 2010/09, hasta tanto se reúna el Congreso Nacional”.