Cada 8 de marzo somos espectadoras de una vorágine mediática que nos envuelve durante 24 horas. Mientras la realidad nos muestra la falta de mujeres dando noticias sobre mujeres; un torbellino informativo se debate con palabras sobre la desigualdad, la violencia doméstica y el trabajo “a jornada completa”.

El Día de la Mujer se convierte en atracción por las mujeres en las calles y más allá de consignas dolorosas, “cuando pasa el temblor” todo vuelve a la misma calma y en el camino quedan los reclamos del porcentaje más grande del electorado en la Argentina. 

Hoy quiero pensar en un 8 de marzo diferente, para que al día siguiente, las mujeres no volvamos a ser consideradas ciudadanas de segunda por quienes desde el poder central (y machista) pretenden marcarnos el rumbo.

Un 8 de marzo en el que nuestras voces suenen donde deben sonar y en el que pongamos toda la energía desde el lugar que nos toca, para empezar a modificar las diferencias patriarcales impuestas.

Que no nos corran con las “mieles” de un mundo perfecto en que tengamos que relegar nuestros proyectos de modo tal de encajar para seguir alimentando la maquinaria de la opresión.

Estamos conmemorando una jornada en la que las mujeres dejaron su vida en defensa del trabajo. Un día de lucha por las reivindicaciones incompletas de las trabajadoras, que son también las reivindicaciones de toda la clase obrera.

Por eso queremos un 8 de marzo diferente. Porque sabemos que cada derecho que se quita profundiza la brecha de desigualdades. Por eso acompañamos al colectivo de #NiUnaMenos, para levantar las banderas de la Igualdad de Género, porque sin ella no hay Igualdad Social. Este Día de la Mujer vamos a demostrar que las mujeres luchadoras de la Argentina sabemos hacia dónde vamos.

Supimos ubicarnos a la vanguardia de  Latinoamérica en materia de Género al reconocer la figura de Femicidio en 2012; un signo de avanzada en material legal, a instancias de un Estado presente que permitió comenzar a visibilizar la violencia hacia las mujeres, dejando atrás los mal llamados “crímenes pasionales” para reconocer la agresión machista. 

Hoy los desafíos de la Igualdad siguen siendo la fuerte brecha salarial que se abre cada vez más porque a las mujeres se les exige más horas de trabajo y se las condiciona a la hora de los ascensos laborales, sólo por su condición de género. También la inestabilidad, los estereotipos sexistas, el acoso callejero y la violencia machista.

Por cada una de estas razones, las mujeres estamos hoy presentes en las calles de la Argentina, para decir basta al ajuste de este gobierno insensible, que afecta no sólo a las mujeres, sino a todo su entorno. Vamos a seguir visibilizando la lucha de las que somos madres, jefas de hogar, de las que sufren violencia por su orientación sexual e identidad de género; de las que se ponen al hombro las dificultades ante la adversidad cotidianamente.

Estamos en las calles, codo a codo para seguir construyendo la unidad y devolverle al pueblo los derechos que supimos conseguir. Este 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer queremos conmemorar la lucha de la mujer por su participación social de igualdad con el hombre y decirle a la sociedad toda que “Sin igualdad de oportunidades entre mujeres y varones no hay igualdad social”.

* Intendenta de La Matanza, secretaria nacional de la Mujer del PJ y copresidenta de Flacma para la temática de Género.