Dice el diccionario que el término “glamour” se refiere a un “encanto natural que fascina, un hechizo mágico que afecta a la percepción de una persona mostrándole aquello que tiene enfrente de una manera atractiva, glorificada”. No tengo la menor duda de que justamente eso es lo que exuda el genio y la figura de Divina Gloria, quien no oculta, además, llamarse Marta. Marta Gloria es –entre otras muchísimas cosas que podrían definirla a condición de que ninguna lo haga– una chica que a sus veintitantos grabó “Desnudita es mejor”, un cassette muy vendido que la eterniza en su tapa dentro de una bañera bien espumosa tirando a cámara una mirada matadora. Aquellos ojos luminarias del under porteño y bizarro de esos años, atravesaron, por sobre todo, el corazón de las locas que en la postdictadura se animaban al fin a salir de sus closets para lanzarse al esplendor estroboscópico de las discos. Antes de hacerle a Divina esta entrevista me llama Willy Lemos, le digo que estoy a punto de hablar con ella y me dice: “Mandale saludos de la Sharon. La Sharon soy yo. Amor total. Estuve mucho con ella, nos unían Peinados Yoli y Besos de Neón. Ella se había cortado el pelo muy cortito y plateado y yo me acababa de comprar una peluca divina con bucles que la presté para un show de Cemento. Trabajamos juntos en Aria, un boliche gay de Santa Fe y Junín. Fue un éxito. Creo que ella tiene el video que nunca me animé a pedirle”.

Divina, sos más gay que los gays, estabas en los boliches desde el comienzo. Me contó la Sharon. Te manda saludos. 

–Me ubicaste perfecto en el espacio y en el tiempo: sí. Fui más gay que los gays. Pero yo no programé nada. Las cosas fueron sucediendo espontáneamente. Cuando conozco a alguien o estoy en un lugar no pregunto por su sexualidad. Ni siquiera me doy cuenta. Raza humana. Y hasta por ahí nomás, ¿viste que somos medio bestias lxs humanxs? Digo Aria, digo Divo Diva, eran los bares que se usaban y donde actuábamos Los peinados Yoli. Yo también le mando un beso a la Sharon. 

En Los peinados Yoli trabajaste con Batato Barea. También tuviste una relación de amistad con él… 

–Mi relación con Batato empieza cuando Tino Tinto –Fernando Arroyo– me cuenta que está trabajando con un grupo de teatro haciendo shows y que dos integrantes de ese grupo se iban a retirar. Uno era Marito Filgueira –qué raro es decir era–, y Batato se iba a hacer otro proyecto. Cuando nos conocimos nos amamos inmediatamente. Nosotros ensayábamos en una sala por la calle Santos Dumont con Doris Night. Era puro amor, diversión, poesía, brazos arriba como expresión de alabanza gestual que tenía también Urdapilleta. Esa cosa de la mirada al cielo. 

No faltaste a ninguna cita de esos años. Trabajaste también con Olmedo después del under. ¿Pensás que tendría lugar ese humor en esta época?

–Hace poco me preguntaron lo mismo. Yo considero que en lo privado era un super caballero, un Lord, un chic total, muy educado. Y considero que en la parte popular y artística, con su picardía, sus ojos, su mirada y su gracia divina, él podría hacer todo y lo podría seguir haciendo. Porque nada sonó burdo con él, ni ninguna mujer se ofendió. Todo lo contrario: nos enamoramos todos y todas. Lxs argentinxs siguen enamorados. Es un prócer del amor y del humor. 

“Desnudita es mejor”, de 1985, es un hit electrónico que se repitió por décadas produciendo un eco vivo hasta nuestros días, que se versionó de mil formas –entre ellas hay una de Peter Pank–, que se grabó en España y en México, que Muscari le hizo cantar a Divina Marta Gloria en Extinguidas donde para gloria de su gloria, se interpreta a sí misma. El sábado próximo en los festejos de los 10 años de Soy, la mujer platinada cantará en Brandon este himno que la sigue sorprendiendo: “Es impensado saber lo que va a pasar con una obra de arte. Uno no tiene idea de la proyección que puede tener algo. Así sea música, teatro o un cuadro. Yo no especulaba con nada. Hice una cosa graciosa, con un mínimo de picardía. Pero nunca me imaginé que la tapa de ese disco iba a ser para esconderla, como le pasó a mi amigo Pablo Vega, que la tuvo que esconder (por escandalosa). Me parece muy gracioso que sea yo la que esté en esa foto. Nunca me imaginé que iba a perdurar por tanto. Qué gracioso”. 

¿Cómo lo compusiste?

–Yo estaba haciendo un show en Gurruchaga y Guatemala, donde vivía Fena. Mi primo me había contado que Mimí y Norma Pons hacían un cuadro de revistas donde decían qué calor, qué calor, desnudita se está mejor, sin ropita es mejor. Me quedó esa frase y la usé para hacer un rap que inventamos Cachorro López y yo para el primer disco que grabamos. Me salió muy fácil y fluida la letra. La compuse en seguida. Rithm & poetry: la poesía y el ritmo. Tenía los acordes básicos, la melodía líder y a partir de esa frase. La melodía dice “sube sube despacito, toca el timbre muy cortito. Sube la temperatura, y la noche a esta altura con la torta sin comer”. Pero no torta por lesbiana. Torta por torta. 

¿Cuál pensás que fue la razón de ese éxito?

–Cuando nosotros hicimos “Desnudita es mejor” existía Interdisc, el sello discográfico y existía la Rock and pop. Justo en el inicio de la radio lo usamos como cortina cambiando un poquito la letra, eso creo que ayudó muchísimo y el hecho de que sea una canción que dice “qué calor, que calor, cuando hace calor”. ¿Por qué sigue siendo un hit cuando calienta el sol? Porque todas las temporadas se repiten. Tiene mucho swing, es pegadizo, es un hit. Hay varias versiones. La gente la cantaba todo el tiempo en la platea haciendo palmas. Es hermoso. 

¿Sos la Madonna argentina, Divina?

–Yo no me identifico con Madonna. Lo que me pasa es que me gusta. En primer lugar, me gusta. A veces me pasa que abro una revista, veo su foto y digo, ay, pensé que era yo y era ella. Creo que hay almas paralelas. Líneas paralelas de cosas que nos gustan. Una tendencia a que adoramos a las divas de Hollywood. Yo tengo algo original: mi judaísmo. En ese caso, ella me está copiando a mí. Yo no me convertí en la reina Esther. Yo soy la reina. A ella la llama la mística del judaísmo y eso me gusta. Pero tampoco vivo pensando qué estará haciendo Madonna a esta hora. Lo que sí sé es que seguramente tiene algo de guita más que yo. 

En una entrevista en la tele dijiste que eras religiosa y rebelde, ¿se puede ser las dos cosas?

–Yo soy una mujer creyente, judía, monoteísta, solo creo en Dios. Solo en él. Y hay una palabra que define muy hermosamente: la certeza de la fe, emuná. La cero duda de la fe. Y la rebeldía es un rasgo de lo humano. De toda revolución. De todo líder. Y yo me considero eso también. Y tengo ejemplo como judía de los que me enorgullezco. O como Cristo, si querés, es hablar de un revolucionario y un rebelde. También: ese espíritu de rock, de cambio, de no seguir reglas. Pero las reglas que una sigue, cree tanto en eso, y las ama tanto y las respeta. Ahí está la rebeldía: elegir lo que querés elegir y lo que amás.