Hoy, el día en que cumple 55 años, Martín Vizcarra, hasta ayer vicepresidente y embajador en Canadá, llegará al Perú para asumir la presidencia de la República. Juramentaría el cargo mañana. Deberá completar el mandato presidencial que culmina en julio de 2021. Ingeniero civil, Vizcarra es un político de perfil bajo, poco conocido, que viene del interior del país. Una reciente encuesta de Ipsos revela que el 81 por ciento no lo conoce. Entre 2011 y 2014 fue gobernador de una pequeña región en el sur del país, Moquegua, donde tuvo una gestión reconocida por diversos sectores, especialmente en temas como educación. Con ese antecedente Kuczynski lo escogió como su candidato a vicepresidente en las elecciones de 2016.

Vizcarra no tiene un partido político ni una base que lo respalde. No pertenece al oficialista Peruanos por el Kambio, donde varios lo miran con recelo, especialmente desde que en los últimos días mantuvo silencio frente a las presiones del oficialismo que le exigían que diga que él renunciaría si PPK era destituido, lo que habría abierto una sensación de crisis total, con lo cual se podría frenar el juicio político al presidente. 

Sobre Vizcarra también pesa una historia ligada a una denuncia de corrupción. Algo que lo puede complicar en su nuevo cargo como presidente. En julio de 2016, cuando se inició el gobierno de Kuczynski éste nombró a su vicepresidente como ministro de Transportes y Comunicaciones. Meses después, Vizcarra se vio envuelto en el escándalo de la firma de una adenda a un contrato con un consorcio privado, en el cual el grupo argentino Eurnekian tenía un papel central, para la construcción de un aeropuerto en la turística ciudad de Cusco, adenda denunciada por los beneficios dados al consorcio privado en perjuicio del Estado. Por esta denuncia, la mayoría fujimorista del Congreso, acompañada por otros sectores, promovió su censura. Antes de ser censurado, Vizcarra renunció en mayo de 2017 al cargo de ministro. Pero antes de hacerlo, anuló el cuestionado contrato. Hace poco la fiscalía absolvió de responsabilidad penal a Vizcarra por este hecho. Después de este episodio fue enviado a Canadá como embajador, y quedó definitivamente alejado del círculo político cercano a Kuczynski. Ahora regresa convertido en presidente.