PáginaI12 En Perú.

Desde Lima 

La caída del ahora ex presidente Pedro Pablo Kuczynski por acusaciones de corrupción a solo tres semanas de la Cumbre de las Américas, que se realizará en Lima el 13 y 14 de abril, dejó flotando dudas sobre lo que pasaría con este encuentro de jefes de Estado, que tiene como tema central, precisamente, el problema de la corrupción. Días antes de verse obligado a renunciar, PPK, como se le conoce al ex mandatario, había amenazado diciendo que si él dejaba el cargo ningún presidente vendría a esta cumbre. Pero la amenaza no ha pasado de ser una bravata. “La salida de PPK no va a afectar la Cumbre de las Américas. No creo que algún presidente deje de venir a esta cumbre por esa razón, porque no se ha producido una destitución del presidente, sino una renuncia”, le señaló a PáginaI12  el analista internacional Ramiro Escobar. 

Luego de la caída de Kuczynski, el gobierno de Estados Unidos saludó al nuevo presidente. Se ha confirmado la presencia de Trump en la Cumbre de las Américas. Será el primer viaje del presidente estadounidense a Latinoamérica. El norteamericano aprovechará este viaje para ir también a Colombia. La presencia de Trump será la gran atracción mediática en este encuentro presidencial. Los oídos y las miradas estarán puestos sobre lo que vaya a decir y hacer. 

En diálogo con este diario, el internacionalista Francisco Belaunde opinó sobre la participación de Trump en la Cumbre de las Américas: “Probablemente Trump va a querer aprovechar su primer viaje a la región y su participación en esta cumbre para intentar mostrar otra cara para mejorar su imagen en la región, que él sabe no es la mejor, pero no veo qué podría decir para lograr eso. El tema de la cumbre es democracia y lucha contra la corrupción, y Trump no es un entusiasta defensor de la democracia, y la lucha contra la corrupción no es uno de sus temas. Creo que el viaje de Trump a esta cumbre va a ser más protocolar, de tomarse la foto con los presidentes de la región, pero no creo que haya algo muy concreto. En este viaje, más importante para Trump será la visita que después haga a Colombia, donde sí verá intereses muy específicos de Estados Unidos”. 

Hay gran expectativa con lo que vaya a ocurrir con Nicolás Maduro, a quien el gobierno de PPK invitó y después le retiró la invitación a esta cumbre. Maduro respondió diciendo que, aunque no esté invitado, igual viajaría a Lima para asistir a este encuentro de presidentes. Se especula si algunos gobiernos podrían boicotear la cumbre en solidaridad con Maduro si se impide su presencia. Un gran problema que el nuevo presidente, Martín Vizcarra, hereda de su antecesor. 

Sobre esto, Vizcarra ha dicho que “ya hay decisiones tomadas”, lo que sugiere que mantendrá el veto a Maduro, pero ha agregado que en estos temas es la Cancillería “la que toma esas decisiones, que nosotros respetaremos”, lo que parece dejar entrever que el asunto no está del todo cerrado. El veto a Maduro fue una decisión política del ex presidente PPK. Vizcarra todavía no nombra a su nuevo canciller, lo que ocurrirá el lunes. 

“Con sus declaraciones, Vizcarra está diciendo que dejará el tema de Venezuela en manos de la diplomacia y que no le pondrá la excesiva carga política que le puso PPK. De entrada, Vizcarra no puede abrirse un frente, y si levanta el veto a Maduro se abriría un frente especialmente en el plano interno, con el fujimorismo (que controla el Congreso), con el Partido Aprista (del ex presidente Alan García) y otros sectores políticos que han impulsado este veto, y con buena parte de la opinión pública peruana que es muy crítica con Maduro. Lo más probable es que no levante el veto a Maduro, pero que busque alternativas diplomáticas para evitar un conflicto con el gobierno venezolano y mejorar las cosas. Creo que Vizcarra va a bajar el tono confrontacional que tenía PPK frente al régimen de Venezuela, va a negociar con Maduro, y con esa negociación probablemente Maduro decida no venir a la cumbre y enviar a su vicepresidente o a su canciller, y así el conflicto queda superado”, afirma Escobar.

La Cumbre de las Américas no solamente sigue adelante, sino que ya no carga con el peso de tener como anfitrión de un encuentro presidencial sobre la lucha contra la corrupción, a un mandatario, como PPK, acusado de corrupción. “Eso habría sido una broma de mal gusto”, dice Belaunde, quien opina que por esta razón la salida de Kuczynski “le ha hecho bien a esta cumbre”. 

El cuestionado Kuczynski ya no está, pero se mantiene la profunda contradicción de tener como sede de una cumbre presidencial que tiene como tema la lucha contra la corrupción y la gobernabilidad a un país en crisis por causa de la corrupción, en el cual su presidente acaba de caer por esta razón y que tiene a cuatro ex mandatarios comprometidos en denuncias de corrupción. 

“Que en este momento una cumbre regional contra la corrupción se haga en el Perú puede tomarse como una ironía, una humorada del destino, pero también como la realización de este encuentro en un país que es una de las principales víctimas de este fenómeno”, indica Belaunde. Y agrega: “Pero no hay que olvidar que el escándalo de corrupción por el caso Odebrecht que estalló en Brasil afecta a muchos países, y que a esta cumbre va a venir un presidente como Temer con serios cuestionamientos de corrupción, además de otros”. 

Sobre lo que se puede esperar de la Cumbre de las Américas, Belaunde estima que terminará en un fracaso, sin decisiones efectivas. “No creo que podamos esperar nada significativo de esta cumbre. Con las discrepancias que hay en la región, probablemente no tendremos una declaración común, y si la hay seguramente será algo muy general, gaseoso, nada significativo”.  Escobar es menos pesimista: “Tengo la expectativa de que por lo menos salga un comunicado que sea mínimamente autocrítico con el problema de la corrupción”.