Argentina firmó con Estados Unidos un acuerdo de intercambio de información tributaria. El mecanismo le permitirá a la AFIP acceder de manera automática a datos fiscales vinculados a cuentas, sociedades, negocios, rentas e intereses declarados por argentinos en una de las principales guaridas fiscales del mundo. La misma información deberá ser enviada a Internal Revenue Service, la autoridad tributaria estadounidense. Para que el acuerdo suscripto ayer entre el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y el embajador norteamericano en Buenos Aires, Noah Mamet, esté en marcha todavía restan una serie de procedimientos administrativos internos pero desde la AFIP aseguraron que esos pasos serán dados en los próximos dos meses. A lo largo de los últimos años Argentina intentó firmar este tipo de acuerdos pero, hasta ahora, se había encontrado con una negativa del Gobierno de Barack Obama. La noticia suma herramientas para inducir a los evasores a participar del último tramo del blanqueo ofrecido por la administración Macri. 

El acuerdo con Estados Unidos es relevante. Para la ONG inglesa Tax Justice Network es una de las jurisdicciones con mayor grado de secretismo financiero del mundo. A lo largo de las últimas décadas, la economía norteamericana se convirtió en una plaza predilecta entre los argentinos que ocultan sus patrimonios. Desde la AFIP remarcaban ayer que el 43 por ciento de las cuentas en el exterior blanqueadas hasta el momento por los evasores están en el sistema estadounidense. “La evasión siempre es posible pero la apuesta es cerrar el cerco”, reconocieron en el organismo conducido por Alberto Abad que también participó de la firma del acuerdo. Como expusieron los Panamá Papers y la lista Falciani-HSBC, existe una industria de servicios financieros dedicada a garantizar el anonimato de los beneficiarios finales a través de complejas estructuras societarias y testaferros. Por eso, en muchos casos la información no llegará al país o, en otras situaciones, cuando llegue no será sencillo identificar al verdadero propietario del activo o cuenta. 

Una vez que comience a funcionar el flujo dependerá de la voluntad de cada país para compartir los datos identificados. En el caso del acuerdo firmado con Uruguay fueron necesarios dos años de negociaciones para que comiencen a llegar las fichas, las autoridades de Islas Caimán responden por correo electrónico pedidos puntuales mientras que desde Australia y España llega todos los años un disco con la información de los argentinos con rentas en esos países. 

“El presente acuerdo promueve la reinserción de la Argentina en la economía mundial y constituye un nuevo avance importante en la nueva etapa de la relación entre Estados Unidos y Argentina”, celebró a través de un comunicado el secretario del Tesoro, Jacob Lew que en tres semanas abandonará su cargo. “Esperamos que estas acciones constituyan un aporte significativo a los esfuerzos del gobierno del presidente Macri para reconstruir instituciones, restablecer la credibilidad, mejorar la gobernabilidad e implementar reformas estructurales”, indicó el funcionario de la administración de Obama. A priori la firma del acuerdo opera como un mecanismo para desincentivar el uso de cuentas bancarias en Estados Unidos y promover la participación en el blanqueo de aquellos individuos con poca sofisticación. Sin embargo, el propio sistema bancario estadounidense ofrece alternativas para que sus clientes no queden alcanzados en el intercambio de información.