La expresidenta surcoreana Park Geun-hye fue sentenciada ayer a 24 años de prisión y una multa de 18.000 millones de wones (16,8 millones de dólares) por su papel en el escándalo de corrupción que condujo a su destitución a principios del año pasado. La sentencia, un año después de su arresto a finales de marzo de 2017 y cuya lectura en el Tribunal del Distrito Central de Seúl fue televisada en directo durante casi dos horas, considera probado que Park y su amiga Choi Soon-sil, conocida como la Rasputina, crearon una extensa red de favores para extorsionar a grandes empresas locales como Samsung, Hyundai o Lotte.

La política conservadora, de 66 años, encarna el primer caso de un jefe de Estado surcoreano destituido en democracia, cuyo cese motivó un adelanto electoral que deparó en mayo del año pasado la victoria del liberal Moon-Jae-in. Park fue acusada de 18 cargos de corrupción, incluidos soborno, abuso de poder y filtración de secretos estatales, y en 16 de ellos fue declarada culpable. La fiscalía había pedido para ella 30 años de prisión y el pago de una multa de 118.500 millones de wones (95 millones de dólares).

“La acusada abusó de la autoridad presidencial delegada por el pueblo de este país y esto dio como resultado un gran caos en términos de orden público y gestión estatal”, dijo el juez Kim Se-yun durante la lectura del veredicto, informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

“A pesar de todos estos delitos, la acusada negó todos los cargos contra ella, no mostró ningún arrepentimiento y presentó una actitud incomprensible al echar la culpa a Choi y otros funcionarios. No puedo más que declarar a la acusada responsable de sus delitos”, indicó el magistrado, que en febrero condenó a 20 años de cárcel a la Rasputina.