El acusado de montar la estafa financiera más importante de la historia argentina quedó detenido ayer. Con promesas de una elevada rentabilidad, mucho marketing y algunas inversiones en la economía real, Enrique Blaksley Señorans sedujo y captó millones de dólares en inversiones. Un complejo entramado de sociedades montado por su firma Hope Funds garantizó el desvío de los fondos a través de firmas radicadas en Argentina pero también en guaridas fiscales como Islas Vírgenes Británicas y Panamá, cuyas operaciones fueron canalizadas por el estudio de abogados Mossack Fonseca. El monto total de la estafa es imposible de precisar porque una porción significativa del dinero invertido por muchos ricos y famosos no está declarada pero se estima que la cifra supera los 300 millones de dólares. La jueza María Romilda Servini de Cubría ordenó ayer, además, la detención de tres colaboradores de Blaksley, más de cincuenta allanamientos, la intervención de la firma Hope Funds así como el embargo de sus bienes y cuentas bancarias.

La investigación a cargo de la fiscal Alejandra Mangano identificó más de 1000 individuos estafados. Los distintos mecanismos ofrecidos por Hope Funds captaron, por lo menos, 550.678.556 pesos que Blaksley y sus socios jamás pensaron en restituir a los inversores ni aplicarlos a inversiones consistentes con los plazos de devolución dispuestos en los contratos. El 96,27 por ciento de esos fondos se instrumentó a través de contratos de mutuo suscriptos entre los inversores y la firma local Hope Funds S.A. o la empresa offshore Marketsite LTD de las Islas Vírgenes Británicas que quedó expuesta en los Panamá Papers.

La fiscalía, trabajando en conjunto con la Procelac, imputó a los estafadores por la reinserción de activos de origen ilícito en el mercado por más de 5 millones de dólares y 16 millones de pesos. Esas maniobras se desarrollaron a través de la creación de firmas en Panamá que fueron utilizadas, entre otras operaciones, para la adquisición de catorce inmuebles en ese país. Para concretar esas aventuras offshore, Blaksley recurría a Mossack Fonseca. 

Blaksley está acusado de montar una estructura piramidal al estilo de la que lo hizo célebre al financista Bernie Madoff en Estados Unidos, quien también está preso por tomar inversiones prometiendo altos retornos que al principio cubría con la captación de nuevos fondos. En ambos casos, el esquema finalmente explotó porque las inversiones prometidas fueron ficticias o demasiado arriesgadas y cuando se cortó la cadena de confianza de nuevos financistas tanto Blaksley como Madoff no pudieron responder a sus obligaciones.

Considerado el estafador financiero más exitoso del país, Blaksley es el mayor de quince hermanos de una familia tradicional de la zona norte del conurbano bonaerense. Empezó su carrera como corredor de seguros de Zurich Argentina y pronto diversificó su oferta de productos financieros. En 1989 fundó Hope Funds S.A. con su cartera de clientes de la aseguradora, ofreciendo tasas de rendimiento superiores a las del mercado. En 2009 adquirió el 47 por ciento del Buenos Aires Design, en 20 millones de dólares, asociándose al Grupo IRSA. En 2012, Hope Funds se quedó con el Hard Rock Café de Buenos Aires a cambio de 5 millones de dólares.

Al año siguiente estuvo a cargo del partido de exhibición ofrecido por las hermanas estadounidenses Serena y Venus Williams en el Buenos Aires Lawn Tennis. Antes de terminar 2013, organizó la carrera del velocista y hombre récord de los 100 y 200 metros llanos, Usain Bolt, contra un colectivo de la línea 59 en el recientemente inaugurado Metrobus porteño, en la que el entonces jefe de gobierno Mauricio Macri sostuvo la bandera a cuadros. Más allá de que los deportistas brindaron clínicas de tenis y atletismo en distintas villas porteñas, los contribuyentes pagaron a través del Gobierno porteño 5 millones de pesos por la presencia de estos destacados personajes, a razón de un millón para las hermanas Williams y cuatro para Bolt. Hope Funds organizó ambos eventos junto a la firma Imagen Deportiva. Al año siguiente Sergio Massa se sumó a los contactos públicos de Blaksley cuando Hope funds organizó en el municipio de Tigre una exhibición de tenis de Roger Federer y Martín Del Potro.

Además de auspiciar equipos de polo, la firma de Blaksley se convirtió en 2012 en el sponsor oficial de la Selección Argentina de básquet a través de una firma que le compró al hoy titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi. Hope Funds también se adueñó del merchandising de Boca Juniors (todo menos la camiseta y la estática), según el mismo Blaksley reveló en una entrevista con La Nación. Del otro lado del mostrador estaban, entre otros, el ministro de modernización Andrés Ibarra, entonces gerente de marketing de Boca. Hope Funds no se andaba con chiquitas. Para proyectar su imagen de jugador internacional de primer nivel más allá de Buenos Aires, en mayo de 2013 organizó una muestra de arte criollo en el Vaticano, ocasión que le valió a Blaksley una foto con el papa Francisco. Antes había traído una muestra de arte vaticano y se había ganado una foto con Juan Pablo II. Durante el apogeo de Hope Funds (2013-2015), Blaksley premió a sus mejores vendedores con fastuosos cruceros “all inclusive” anuales por el Báltico, Hawaii y el Mediterráneo. 

El fundador de Hope Funds fue detenido ayer por la mañana en su casa del Pacheco Golf Club por la Policía de la Ciudad. Será indagado en los próximos días por la jueza Servini, quien deberá determinar si lo acusa formalmente por lavado de dinero y si dictamina su prisión preventiva. Los otros tres colaboradores de Blaksley detenidos ayer son Verónica Vega, Federico Dolinkue y Alejandro Carozzino. Además se citó a prestar declaración indagatoria de catorce miembros del grupo y de la familia Blaksley. Los delitos en que encuadran las conductas investigadas son cuatro: estafa, captación de ahorro del público no autorizado, lavado de activos de origen delictivo y asociación ilícita. Cuando comenzó la investigación, el grupo comenzó a cerrar sus cuentas bancarias. Por eso, también está siendo analizado si la enajenación de algunas de esas firmas fue simulada.