La Justicia imputó ayer por femicidio y ordenó la prisión preventiva sin plazo de Juan Manuel Saucedo, quien el domingo de madrugada mató a puñaladas a su pareja, Jésica Olivera, a la salida de una fiesta y en plena calle del barrio 7 de Setiembre.

La mujer de 31 años tenía a la hija de ambos en brazos cuando el imputado la atacó con un cuchillo, en Sánchez de Loria al 1300 bis, al regreso de un cumpleaños de 15. El joven de 22 años tenía antecedentes de violencia: sus golpes hicieron que Jésica perdiera un embarazo, tiempo atrás. Si bien los ataques no se tradujeron en denuncias, se buscan registros en historias clínicas. La víctima tenía otros dos hijos de una pareja anterior. El fiscal Florentino Malaponte escuchó a la familia Olivera y pidió la imputación para Saucedo, que el juez Juan Donnola concedió. También le impuso prisión preventiva sin plazos.

Según testigos, alrededor de las 4.20 del domingo, el agresor trompeó a Jésica y luego sacó un arma blanca y le provocó un corte en la pierna derecha que le cortó la arteria femoral y causó una hemorragia tan intensa que le costó la vida. "Hay varios testigos presenciales y ello nos permitió dejar detenida a esta persona", dijo el fiscal.

Los hechos de violencia eran reiterados. "La familia nos dice que hubo antecedentes de hechos violentos para con la víctima. Ahora nosotros chequearemos la existencia de historias clínicas, pero no hay denuncias porque muchas veces estas cuestiones no llegan a denunciarse. Aunque no encontremos antecedentes, está claro que fue un femicidio, una agresión brutal, a los ojos de los vecinos del lugar", aseguró el funcionario judicial.

Es que el imputado agredió en varias oportunidades a Jésica. Incluso, se intenta dar con una historia clínica -no se detalló la fecha‑ para determinar si hubo una situación de pérdida de un embarazo a causa de golpes contra la víctima. Incluso, versiones de los vecinos hablan de que actualmente la joven cursaba un embarazo, pero ello se confirmará con el informe de autopsia.

El domingo a la madrugada, cuando llegó el Sies al lugar del hecho, la mujer ya estaba muerta. A su lado estaba el imputado, quien simulaba haber sido ajeno al crimen. "Qué te hicieron", le decía al cadáver de su pareja.