El fondo del mar guarda secretos. Por ejemplo el de los 41 barcos hundidos en perfecto estado a más de 800 metros de profundidad, imperturbables en la oscuridad. Son embarcaciones que navegaron entre los siglos IX al XIX y quedaron detenidas en el tiempo. Silenciosas, iguales que cuando estaban en uso, no volvieron a ver la luz y se hundieron con sus tripulantes y sus historias.

Mil años de naufragios armaron un mundo en las profundidades del océano. Una expedición internacional organizada por la Universidad de Southampton, de Inglaterra, que investigaba los procesos derivados del cambio climático, descubrió estos tesoros arqueológicos en el fondo del Mar Negro. El equipo llevaba cámaras de altísima calidad y pudo hacer fotos de gran precisión. Antes, nunca nadie había visto estos barcos hundidos.

El agua salada y el tiempo suele degradar la madera, pero el Mar Negro tiene una química particular en su lecho que conserva la materia. En sus sedimentos hay  material genético de una diversidad asombrosamente abundante de especies arcaicas y no es la primera vez que se encuentran antigüedades en perfecto estado, como por ejemplo la base de una torre de dos mil años que descubrieron en 2013.

Hasta septiembre nunca nadie había visto los 41 barcos hundidos en el Mar Negro. Sin embargo ahí estaban, y siguen. Como una ventana directa a la historia de los navíos, con barcos medievales, otros como los que llegaron por primera vez a América y hasta buques de guerra con velas y cañones.

Flota de barcos en la bahía de Feodosia del mar Negro antes de la Guerra de Crimea (siglo XIX)

El equipo de exploradores envió un robot atado a una cuerda que iluminó los restos con luces brillantes y tomó miles de fotos en alta resolución. “Desde el punto de vista arqueológico nunca se había visto nada parecido”, dijo Rodrigo Pacheco Ruiz, integrante de la expedición del Centro de Arqueología Marina de la Universidad de Southampton.

El mayor descubrimiento fue el alcázar completo de un barco medieval con mástiles, vigas y armazones desde donde un capitán dirigió a una tripulación de unos 20 marineros. Los arqueólogos aseguran que probablemente sirvió al Imperio Veneciano, que tenía puestos de vanguardia en el Mar Negro, por donde en la Antigüedad navegaron griegos, bizantinos, otomanos, cosacos y piratas.

Las figuras talladas ornamentalmente en la popa de la embarcación medieval.

Gran vía para el intercambio comercial entre el sudeste de Europa y Asia Menor, el Mar Negro fue durante siglos una ruta habitual del mundo antiguo. La mitología griega afirmaba que por allí navegaron los argonautas. Por lo menos hay certeza de que lo hicieron hititas, carios, tracios, persas, cimerios, escitas, romanos, bizantinos, godos, hunos, ávaros, búlgaros, eslavos, varegos, cruzados, venecianos, genoveses, lituanos, polacos, georgianos, tártaros, turcos y rusos.

A veces naufragaban y ya no se sabía más de ellos. Hasta ahora.