La escalada del dólar y de las tasas de interés generaron ruido en distintos sectores de la producción de bienes: paralización de operaciones y aumento de la incertidumbre, suba de precios y encarecimiento del costo financiero son algunos de los efectos inmediatos de estas jornadas cambiarias febriles. En la tormenta, las pymes suelen llevar las de perder y las grandes empresas aprovechan para no reconocer aumentos para proveedores y descargar rápido subas sobre sus clientes. La imposibilidad para calcular costos con semejante raid del dólar se convierte en temor para los próximos meses por un nuevo impacto inflacionario que incremente el deterioro del poder adquisitivo y frene aún más las ventas.

“Salí de la fábrica a hacer un depósito con el dólar a 22 pesos y volví y estaba 23,30, me recordó la época de la preconvertibilidad porque en este contexto desaparecen los precios. En nuestro sector, por ejemplo, utilizamos tratamientos térmicos en base a energía eléctrica y gas. Como las tarifas de esos servicios están atadas al dólar, no hay precios para comprar. Es muy grande la devaluación para un plazo tan corto, ¿cómo vendés? ¿a qué precio? ¿cómo reponés stock?”, comentó a este diario Aldo Lo Russo, secretario general de Camima (que reúne a las empresas metalúrgicas) y dueño de una firma de bulonería. “Hoy en el sector los precios subieron entre un 8 y un 9 por ciento porque hay mucho importado”, agregó.

Jorge Cavanna, presidente de la Cámara de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), planteó que “en estos casos aparece la cautela en la definición del precio de venta al mercado local, porque comprás en dólares –los insumos importados– pero vendés en pesos. Por eso, hay que ver cómo quedan las listas de precios al mercado interno. Esto empuja los precios hacia arriba, todo el mundo se quiere cubrir”.

Entre las terminales automotrices indicaron que “cuando tenés contratos a mediano y largo plazo, con operaciones cerradas meses atrás, la aguja no se mueve tanto por este tipo de fluctuaciones del dólar. Igualmente, si esto termina en 25 pesos es otro cantar”. “En cuanto a la venta de unidades a las concesionarias, claramente se trata de trasladar el aumento del tipo de cambio, aunque hoy en día el mercado no valida los aumentos”, agregaron.

“El sector autopartista sigue funcionando porque no hay posibilidad de detener la cadena de aprovisionamiento, es muy milimétrica. Pero el hecho de que las materias primas estén dolarizadas –como el acero, aluminio y plásticos– genera muchas fricciones con los clientes. Algunas terminales que compran a los autopartistas reconocen relativamente rápido el incremento de costos por la suba del dólar pero otras no lo hacen, con lo cual se afecta directamente la situación financiera de las empresas de menor tamaño”, explicó a este diario un directivo del sector autopartista.

“Esto se vive con mucha incertidumbre. Por un lado, tenemos una parte de los insumos dolarizados y al mismo tiempo los últimos meses fueron de venta muy baja y hemos resignado rentabilidad. Se vienen nuevos aumentos y el mercado está inactivo, con lo cual la situación asusta. En estos días, los proveedores de hilados no están pasando precios”, explicó Damián Regalini, presidente de la Cámara de Fabricantes de Medias. En un chat de WhatsApp de empresarios pymes, representantes de los sectores de cartón corrugado, metalmecánica, alimentos y golosinas coincidían la falta de precios para concretar operaciones ante el escenario de volatilidad cambiaria.

Durante la jornada de ayer hubo una reunión entre empresarios textiles y del calzado junto a representantes sindicales. En ese encuentro, surgió el tema del dólar y se dio por hecho que habrá fuerte impacto en los precio no sólo por los insumos dolarizados sino también por el impacto de la suba de la nafta, también atada a la divisa. “Los cobros se alargan porque se priorizan los gastos corrientes y, en cambio, se dilata el pago a proveedores. Entonces se necesita ir a vender el cheque al banco. La semana pasada te cobraban por esa operación entre 20 y 22 por ciento y ya estamos en casi el 30 por ciento”, comentaron los textiles.

Desde una de las principales cadenas retail indicaron que, “en general, después de estos movimientos los precios suben por una cuestión lógica: hay productos totalmente importados y hay productos con una proporción de insumos importados en donde tenés incidencia proporcional. Pero también algunos productos de Tierra de Fuego, que en el último tiempo subieron por debajo del dólar y de la inflación. Para la financiación de las compras, la suba de tasas es perjudicial”.